Colaboraciones del INAH en el Heraldo de Chihuahua.

02.06.2013

LOS VAQUEROS: HERENCIA CULTURAL DE CHIHUAHUA.

expo vaqueros

A través del tiempo los vaqueros de Chihuahua han sido una presencia constante. Fueron llegando al norte de la Nueva España en busca de nuevos horizontes, montados a caballo, arreando manadas de ovejas, vacas y novillos, acompañando familias, soldados, frailes, autoridades civiles e indios amigos.

Arreando las manadas fueron tomando posesión de las grandes extensiones de pastizales y bosques, prácticamente vírgenes, dispuestos a luchar cuerpo a cuerpo contra los grupos indígenas nómadas, para mantener su presencia.

Decididos a establecer nuevas fronteras que cumplieran con las expectativas que planteaba el Nuevo Mundo, riquezas y territorios ilimitados, los hombres de a caballo conquistaron a sangre y fuego el territorio norteño.

Desarrollaron una gran capacidad de adaptación a las nuevas condiciones climáticas, a la vida a la intemperie. Lograron aplicar los conocimientos traídos del viejo mundo y adoptaron y crearon nuevas formas de vida para el nuevo mundo. Improvisaron, cambiaron, conservaron, desarrollaron nuevas formas y definieron el rumbo de la ganadería del norte.

Influidos por la grandeza del territorio, optaron por las amplias fronteras, los grandes rebaños, las grandes haciendas y las prolongadas guerras. Les llevó 300 años acabar con los bravos indios norteños.

Los vaqueros de Chihuahua llevan en la sangre la historia de más de 400 años de lucha, trabajo, tesón, adaptación, paciencia, coraje, arrojo, valentía, destreza, habilidad, brutalidad, nobleza, amor a la libertad y a la tierra que tenían tanto los indígenas nómadas como los conquistadores españoles. El vaquero de Chihuahua es el portador de la herencia cultural de dos fuerzas enemigas que, al mismo tiempo, trascendieron a través del mestizaje, en la convivencia y el intercambio cultural que se dio en las praderas y pastizales en la crianza del ganado y en la cacería de los bisontes, venados y berrendos.

La vida de los indígenas norteños y de los hombres de a caballo no era muy diferente.

Ambos vivían a la intemperie, su sustento dependía de la caza, del agua, de los frutos y especies comestibles locales, de las plantas medicinales. y de su habilidad para sobrevivir con lo que había. Unos adoptaron rápidamente el caballo y los otros lograron un excelente conocimiento del terreno, del viento, de los patrones de comportamiento de las especies de las estaciones y condiciones climáticas. Con estas habilidades, ambos desarrollaron una gran capacidad de desplazamiento, movilidad y dominio del terreno. La razón de esta larga lucha fue la confrontación de dos formas de entender y usar la tierra y sus recursos: el uso comunal y racional de la tierra y los recursos animales, vegetales y acuíferos  versus la apropiación de estos recursos en beneficio de pocos y la imposición de estructuras militares, políticas, económicas y sociales mucho mas complejas que los habitantes locales.

La ganadería en la época colonial se desarrolló sin cercos ni corrales, en pastizales de uso común, bajo el cuidado de los vaqueros quienes establecían sus estancias temporales consistentes en una casa de adobe y unos corrales provisionales de piedra o troncos. Esencialmente el trabajo del vaquero era cuidar o pastorear el ganado. Una o dos veces al año, el ganado se juntaba en una hondonada o cañada con el propósito herrarlo. Dado que no había límites establecidos entre una estancia y otra, el ganado de los señores de ganado se mezclaba. Para poder identificarlo, el ganado debía ser marcado o herrado con el fierro registrado por cada ganadero ante las autoridades civiles. Los vaqueros de a caballo y de a pie arreaban el ganado rodeándolo y conduciéndolo a una cañada, hondonada o un lugar en el cual se pudiera contener. Posteriormente se fueron construyendo corrales de piedra en lugares estratégicos, con agua cerca para hacer los herraderos.

Los vaqueros marcaban una o dos veces al año los becerros recién nacidos, (en el día de San Juan y al final del otoño), en estos herraderos se juntaba mucha gente de la llamada suelta, es decir, sin amo. Entre ellos se podrían contar esclavos huidos, prófugos de la ley, negros libres, mestizos, indios de repartimiento o encomiendas a los cuales se les daba alimentos y ropa a cambio del jornal o se les pagaba en moneda o especie.

El papel de los vaqueros era atrapar y marcar lo becerros, separar los becerros orejanos (sin marca de sangre, ni dueño), separar las vacas y toros viejos, las vacas horras (estériles) para el sacrificio.

Durante la época colonial, el principal objetivo del ganado bovino no era la carne, sino el cuero y el sebo. Los cueros tenían una gran demanda ya que con ellos se elaboraban todo tipo de prendas de vestir, costales para el mineral y los granos, calzado, arreos para las cabalgaduras, por su parte, el sebo es utilizaba principalmente como combustible, elaborar velas y para hacer jabón.  Del bovino, sólo se consumían los filetes y la lengua. El alimento preferido de la población europea fue el borrego.

Cuando lo señores de ganado tenían necesidad de cuero o sebo se organizaba la matanza de reses. Aún cuando los vaqueros de esta época ya usaban el lazo, el instrumento de trabajo más importante era la desjarretadera. Esta era una especie de lanza larga que en la punta tenían una gran navaja en forma de media luna, sumamente afilada. Se podría decir que era un arma de cacería, el vaquero perseguía la res a caballo hasta colocarse detrás de ella y con la navaja le cortaba los tendones de las patas traseras o jarrete. A esto se la llama desjarretar los animales.

Cuando la res caía, el vaquero descendía rápidamente del caballo y de inmediato lo degollaba y le quitaba la piel procurando conservarla entera, ya que así tenía mejor precio, recolectaba el sebo de las partes grasas del animal, cortaba la lengua y el filete para su consumo y el resto del canal se dejaba como alimento de los indios que se fueron aficionando a ella, así como para los lobos, perros, coyotes y aves de rapiña.

Los propietarios de ganado nunca sabían cuántas cabezas tenían en total, los rebaños se estimaban contando el número de becerros, corderos o cabritos marcados cada año, en el caso de los caballos y burros, se contaban las manadas.

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En esencia, el trabajo del vaquero sigue siendo el mismo: pastorear y vigilar los rebaños de animales, ser gran observador del comportamiento de los animales. Han heredado la habilidad y destreza para montar a caballo, conducir rebaños, resistir climas extremosos, conocer e identificar a los animales, detectar sus enfermedades y saber curarlos. Conocer los mejores pastos y las malas hierbas, oler el viento y el agua, prevenir y cuidar el robo y el ataque de depredadores.

La forma de vida y la tradición del trabajo de los vaqueros de Chihuahua son una herencia cultural que permanece y al mismo tiempo, está en constante cambio y adaptación.

En un merecido reconocimiento a la herencia cultural que representan los vaqueros para el estado de Chihuahua, la Unión Ganadera Regional de Chihuahua, Casa Chihuahua. Centro de Patrimonio Cultural y el Instituto Nacional de Antropología e Historia en el Estado, invitan al público en general a la exposición  Los Vaqueros: herencia cultural de Chihuahua el día 6 de junio a las 20:00 horas, entrada gratuita.

Los vaqueros son los trabajadores de los ranchos de Chihuahua, son los que a través del tiempo han criado, construido, mantenido y trasmitido a través de las generaciones los elementos culturales más representativos del norte.

Los vaqueros de Chihuahua tienen una larga historia de lucha, conquista y adaptación a los extensos pastizales, de los bosques y barrancas de la serranía, así como a los silenciosos desiertos.

26.05.2013

EL CAMINO REAL DE TIERRA ADENTRO.

El concepto de Itinerario Cultural como categoría patrimonial, surge formalmente en la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO en febrero del 2005. La inscripción del Camino de Santiago como Patrimonio Mundial en 1993 fortaleció la idea de incluir a los Itinerarios Culturales como conceptos patrimoniales.

Los Itinerarios Culturales son caminos que fueron construidos por la acción humana para un fin determinado, y este concepto fortalece las políticas de conservación y revaloración de nuestra herencia cultural.

El Camino Real de Tierra Adentro fue una de las más largas e importantes vías de la América Virreinal. Con más de 2,900 kilómetros de longitud, unía el poder central de la Nueva España, en la ciudad de México, con Santa Fe; capital de la provincia de Nuevo México.

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Fue inscrito en la Lista Indicativa Mexicana en noviembre del 2001, bajo los criterios culturales que refieren representar una obra maestra del genio creativo del hombre; y ser la manifestación de un intercambio de influencias considerable durante un determinado periodo o en un área cultural específica, en el desarrollo de la arquitectura o de la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o el diseño de paisajes.

El 1 de agosto de 2010, la UNESCO agregó éste recorrido como Patrimonio de la Humanidad.

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Prácticamente todos los más importantes  centros de población del norte novohispano se relacionaban por este camino: ciudad de México, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, Saltillo, Monterrey, Parras, San Antonio, Zacatecas, Durango, Parral, Chihuahua, Paso del Norte (hoy ciudad Juárez), El Paso, Alburquerque y  Santa Fe.

Durante siglos estos territorios y sus habitantes han mantenido influencias recíprocas lo que constituyo la base sustantiva de la cultura del norte del país.

Hoy en día esta influencia se manifiestan en el patrimonio tangible e intangible que se encuentra en ambos lados de la frontera: Misiones, presidios, centros mineros, archivos, celebraciones, rituales, etc.

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Si bien El Camino Real de Tierra Adentro indicaba la ruta que conectaba a la capital de Nueva España con el norte de México, el trayecto México-Zacatecas primero y después Zacatecas- Chihuahua- Nuevo México, se conocía como el Camino de la Plata.  Esta ruta se convirtió durante los siglos XVII y XVIII,  en uno de los tránsitos comerciales más importantes de la Nueva España.

Los procesos que se desarrollaron en esta ruta durante tres siglos y medios nos legaron un Patrimonio Cultural de Gran Valor:

  • Monumentos Históricos
  • Archivos
  • Obras de arte religioso y civil
  • Manifestaciones musicales y festividades
  • Cultura gastronómica
  • Tradiciones orales

“El Camino Real de Tierra Adentro” era un término utilizado durante el período Virreinal para denominar, la ruta que comunicaba la ciudad de México, con la “Tierra Desconocida”, que en ese entonces representaba lo que hoy conocemos como el Norte de México y Sur de los Estados Unidos.

19.05.2013

INTERVIENE EL INAH CHIHUAHUA PARA RESTAURAR EL TEMPLO DE SAN JERÓNIMO EN CD. ALDAMA.

Atendiendo el compromiso de conservar y salvaguardar el patrimonio cultural, así como realizar intervenciones arquitectónicas en templos y edificios históricos que así lo requieran, la delegación estatal del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en coordinación con la Asociación Civil Misiones Coloniales de Chihuahua, ha realizado gestiones para iniciar la restauración del templo de San Jerónimo, el cual se encuentra ubicado en la ciudad de Aldama.

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En respuesta a la solicitud de los habitantes de esta región, el INAH Chihuahua solicitó la presencia de un Especialista en Estabilización de Estructuras Históricas que evaluara la situación actual del inmueble, por lo que en días pasados, el arquitecto Salvador Ávila, viajó desde la ciudad de México y visitó este templo con la finalidad de realizar una exploración que permitiera determinar el procedimiento a seguir.

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Ubicado en el centro de ciudad Aldama, justo frente a la plaza principal, este monumento arquitectónico pertenece al estilo barroco y fue construido durante el siglo XVIII. Sus muros son de piedra y cantera. Actualmente es la principal iglesia del lugar, a la cual acuden cientos de visitantes y feligreses cada semana.

Mediante un estudio de mecánica de suelo que determinará la estabilidad del terreno, el especialista recomendado por el INAH dio inicio con el proceso de exploración, ya que el daño más evidente es un hundimiento del lado de la torre derecha, y a través de esta valoración se dictaminará la estrategia a seguir.

Es importante que las acciones de restauración se realicen de manera adecuada, ya que estas edificaciones requieren de técnicas y metodologías especializadas que no dañen la estructura original.

Desde sus actividades sustantivas, que son investigar, conservar, difundir y formar profesionales, el INAH atiende las necesidades de la comunidad que utiliza y disfruta estos bienes patrimoniales.

12.05.2013

ECOS DEL 6o ENCUENTRO DE HISTORIA Y CULTURA REGIONALES. Pluralismo jurídico y los rezagos del Estado de Derecho.

Por Etnólogo José Francisco Lara Padilla.[1]

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Las reivindicaciones jurídicas globales, orientadas hacia el reconocimiento pleno de los sistemas normativos indígenas, alientan un esperanzador escenario de pluralismo jurídico dentro del cual podrían no sólo coexistir la diversidad cultural y jurídica, sino que de manera gradual esta coexistencia podría escalar hacia el reconocimiento mutuo, la interacción y el involucramiento entre lógicas, cosmovisiones y saberes distintos.

Es preciso resaltar que en lo que respecta a las comunidades indígenas, al igual que todas las sociedades, lo jurídico remite a un sistema “condensatorio” de representaciones, valores y principios que cohesionan e identifican a los grupos sociales que los articulan.

El pluralismo jurídico y su interacción supondrían un juego entre sistemas normativos formal y materialmente reconocidos como pares, esto es, ninguno de los sistemas interactuantes tendría preeminencia formal o jerarquía sobre los demás. Implicaría, dentro de un esquema que algunos teóricos denominan como pluralismo jurídico de tipo “igualitario”, que los sistemas jurídicos indígenas conformasen una parte diferenciada, pero constitutiva de la sociedad entera, por lo que sus sistemas normativos serían reconocidos no sólo como coexistentes del derecho positivo estatal, sino como parte integral del orden legal nacional.

Este supuesto de equidad y paridad normativa está resultando de difícil asimilación para nuestros Estados de Derecho, de corte unitario en lo jurídico,  que consecuentes con el modelo de Estado moderno, han sido proclives a integrar las distintas especificidades que conforman la diversidad cultural al marco de la ciudadanía liberal.

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No obstante que la reivindicaciones legales han ido avanzando paulatinamente durante las últimas dos décadas, y que el Estado mexicano se ha adherido a ellas mediante la suscripción de convenios internacionales, la estructura estatal mexicana, sus instituciones y niveles de gobierno no han sido lo suficientemente porosos, receptivos y ágiles para integrar el espíritu de estas reconfiguraciones normativas en sus distintas legislaciones.

El primer peldaño en el largo ascenso por la interacción intercultural, plural y democrática está siendo el reconocimiento formal y transversal de las reivindicaciones indígenas en las distintas legislaciones que constituyen el amplio espectro del derecho positivo mexicano, desde la carta magna, constituciones de las entidades federativas, leyes específicas en materia indígena, leyes secundarias, reglamentos,  etcétera. El rezago en el Estado de Derecho prevalece en buena parte de las naciones latinoamericanas, en donde México y sus entidades federativas no son la excepción.

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Al respecto, es menester señalar que estas adecuaciones legales de carácter formal son sólo la simiente de un nuevo campo de relaciones socioculturales e interétnicas, en el que la normatividad simplemente garantizaría que la interacción intercultural prospere en un marco más equitativo. No olvidemos que estamos ante un proceso de larga duración, en el que a través de estas transformaciones jurídicas se intenta revertir una inercia histórica en la que tanto la Colonia como el México independiente han reproducido esquemas de colonialismo con respecto a los grupos originarios.


[1] Profesor Investigador del Centro INAH Chihuahua, titular del proyecto de investigación “Antropología Jurídica, peritaje antropológico e interlegalidad en el estado de Chihuahua”.

05.05.2013

EINTERCULTURALIDAD, INTERVENCIÓN E INTERLEGALIDAD. Algunos hallazgos del 6º. Encuentro de Historia y Cultura Regionales.

Por Etnólogo José Francisco Lara Padilla.[1]

Fructífera y por demás reveladora resultó la mesa de trabajo denominada “La Interculturalidad desde la interlegalidad y la intervención. Reflexiones y retos”, la cual se inscribió en el programa  de  actividades del  Sexto Encuentro de Historia y Cultura Regionales, organizado el pasado 25 y 26 de abril en el Museo Semilla de la ciudad de Chihuahua.

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La mesa de trabajo fue coordinada por la Universidad Pedagógica Nacional y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, instituciones que  compartimos algunas de las inquietudes académicas que nos  ocupan, tales como la intervención y la interlegalidad, dentro de un ámbito común y transversal que es la interculturalidad.

La mesa de trabajo se distribuyó en tres módulos de exposición y análisis. En el primero de ellos se abordaron algunos referentes conceptuales vinculados con la noción de lo intercultural y sus matices teóricos. En el rubro de la educación y lo intercultural se enfatizó en las condiciones de inequidad que prevalecen a nivel nacional. Asimismo, se expusieron ciertos contenidos teóricos y pragmáticos que inspiran a los modelos de intervención educativa, como agentes de cambio social y de reversión de asimetrías.

De igual manera, en el primer módulo se llevó a cabo una breve revisión histórica de las relaciones interculturales e interétnicas en México; los distintos posicionamientos que durante la Colonia asumieron la Corona española y la iglesia católica con respecto a los aborígenes americanos;  así como algunas de las categorías con las que pretendieron catalogarlos y subordinarlos a los intereses coloniales. El primer módulo concluyó con una revisión retrospectiva de las distintas modalidades que han asumido las políticas públicas estatales en torno a lo indígena, a partir del México independiente. Dicha revisión se ancló en el estado de Chihuahua, a partir de los estudios realizados por el Dr. Juan Luis Sariego con respecto al indigenismo en la Sierra Tarahumara.

El segundo de los módulos de la mesa de trabajo se orientó a revisar un par de aristas de la interculturalidad, a partir de abordajes teóricos específicos. Para ello, Nubia García Zenteno, estudiante de la UPN, compartió sus experiencias en el área de la educación intercultural, a través de la doble inmersión lingüística y los resultados obtenidos. Por su parte, Enrique Alfonso Romero Martínez y Manuel Antonio Sifuentes Lucero, pasantes de antropología y derecho, respectivamente, integrados al proyecto de Antropología Jurídica, Peritaje Antropológico e Interlegalidad del Centro INAH Chihuahua,  destacaron en su exposición acerca de la importancia del análisis intercultural e interlegal en la época contemporánea global y posmoderna, donde el reconocimiento formal del pluralismo jurídico apenas empieza a cobrar sentido en nuestras sociedades latinoamericanas pluriculturales y diversas por antonomasia.

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El tercer módulo de la mesa se tituló “Identidad e Interculturalidad”. En él se abordaron de manera sucinta perfiles teóricos antropológicos sobre el concepto de identidad; la actual revitalización y dilución de algunas identidades; el grave riesgo de los esencialismos que florecen en algunos nichos sociales y académicos en torno a las identidades étnicas; y, la emergencia de determinadas identificaciones urbanas, consecuentes con un mundo global, hiperconectado y polisituado. En este módulo, Zaira Yael Jacquez, alumna de la UPN, expuso un modelo de intervención en el que ha participado, y en el que ha empleado herramientas propias de la educación intercultural como medio  para evitar y prevenir la violencia social.  Durante la última parte del módulo, los representantes del INAH analizamos un caso concreto en el que la interculturalidad, el pluralismo jurídico y la interlegalidad cobraron sentido. Para ello,   describimos un proceso penal en el cual estuvieron involucrados indígenas originarios de la Sierra Tarahumara. Dicho proceso fue valorado y juzgado a los ojos del derecho positivo mexicano a partir de sus tipos penales, para los que las conductas de los involucrados eran inobjetablemente tipificables y antijurídicas. Sin embrago, la presentación de un peritaje antropológico permitió develar a las autoridades judiciales mestizas una realidad indígena y cultural distinta a los patrones de la sociedad nacional;  lo que posibilitó emitir una sentencia justa y respetuosa de los usos y costumbres indígenas, sentando un precedente importante en lo que concierne al reconocimiento del pluralismo jurídico en la entidad chihuahuense.

La última etapa de la mesa fue dedicada al intercambio de comentarios, preguntas e inquietudes de los concurrentes al evento (profesores, estudiantes, investigadores y público en general), lo que propició el enriquecimiento y la retroalimentación.

Participamos como coordinadores y responsables de la mesa, la Mtra. Celia Carrera, por la UPN, y quien esto suscribe, Mtro. José Francisco Lara, por el INAH.

En posteriores colaboraciones compartiremos algunas de las reflexiones que derivaron de la mesa reseñada.


[1] Profesor Investigador del Centro INAH Chihuahua, titular del proyecto de investigación “Antropología Jurídica, peritaje antropológico e interlegalidad en el estado de Chihuahua”.

21.04.2013

UNA MISIÓN PARA CHIHUAHUA: SUS MISIONES COLONIALES.

La llegada de los españoles al norte del país, define uno de los procesos más importantes en la historia de Chihuahua para la conformación de la sociedad norteña. La construcción de misiones como centros de evangelización y trabajo para los indios de esta zona, da un valor histórico y cultural a estas obras arquitectónicas que fueron testigos de varias rebeliones por parte de conchos, tobosos, tarahumaras y demás grupos inconformes con los abusos de esta ocupación española.

Con el paso del tiempo, algunos de estos templos se sostienen en medio de los pueblos como centros importantes de referencia, reunión y culto para los lugareños y visitantes; otros quedaron en medio de la nada, casi en ruinas o simplemente ya no existen.

Chihuahua es el estado con el mayor número de Misiones en México y en los Estados Unidos. Actualmente existen alrededor de 168 Misiones Coloniales fundadas del siglo XVI al XVIII por sacerdotes jesuitas y franciscanos.

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Misión de Nuestra Señora del Rosario, Valle del Rosario, Chihuahua.

La necesidad de rescatar el patrimonio arquitectónico colonial es una tarea prioritaria en el Centro INAH Chihuahua. La demanda de algunas comunidades que solicitan el arreglo de sus templos, el valor histórico de los mismos, y el mal estado de los inmuebles evidencian la urgencia de intervención.

En junio de 1997 el Centro INAH Chihuahua impulsó el proyecto “Diagnóstico de las Misiones Jesuitas en la Sierra Tarahumara” con la intención de registrar, analizar y documentar el estado de conservación de los bienes muebles e inmuebles del conjunto de edificios misionales jesuitas de los siglos XVI, XVII y XVIII en la Sierra Tarahumara de Chihuahua. Durante el período de cuatro años se obtuvo el registro de 101 templos con una gran cantidad de bienes muebles como retablos, pinturas de caballete, esculturas y otros objetos.

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Misión de la Virgen de Guadalupe, Papajichi, Municipio de Guachochi, Chihuahua.

En el año 2001 este Instituto realiza un convenio de colaboración entre la asociación civil Misiones Coloniales de Chihuahua y Gobierno del Estado con el interés de investigar, restaurar y proteger los templos fundados durante la época colonial en territorio chihuahuense. Interesados en el beneficio directo o indirecto de las comunidades, se procura en las intervenciones, revivir prácticas y técnicas constructivas tradicionales reforzando así los valores culturales locales.

Así surge el proyecto “Una misión para Chihuahua: 50 misiones” con los siguientes objetivos:

  • Diagnosticar el estado de conservación arquitectónico de 50 misiones y ejecutar anteproyectos de conservación.
  • Realizar proceso de restauración según el grado de deterioro.
  • Impartir talleres técnicos y culturales con el propósito de involucrar a las comunidades en el rescate de sus templos.

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Misión de Santo Angel Custodio de Satevó, Batipilas, Chihuahua.

 De esta manera se realiza un trabajo en conjunto entre el poder público a través de sus tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal, el sector privado y la sociedad civil para que el Patrimonio Cultural no sea solo testimonio del pasado, sino también factor de identidad, desarrollo y bienestar.

En el 2006 el Centro INAH Chihuahua y Misiones Coloniales A.C. elaboran el proyecto “Rescatando Historia”. Este plan de trabajo contempla la consolidación de 10 ruinas de templos misionales en peligro de desaparecer. La conservación de los inmuebles en ruinas no es un fin en sí mismo. El programa tiene el propósito de incorporar las obras de la historia a la modernidad y a la vida cotidiana de las comunidades, en este sentido, se plantean como objetivos estimular, organizar y orientar procesos de desarrollo comunitario por medio de actividades de conservación, protección y en algunos casos reutilización del patrimonio misional edificado en peligro de desaparición.

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Misión de los Santos Cinco Señores de Cusararé, Guachochi, Chihuahua.

El proyecto se presentó a diversas instancias empresariales para su patrocinio, pero no hubo respuesta. Sin embargo, a principios de este año se manda la propuesta a World Monuments Fund, organización internacional enfocada en el rescate y apoyo para la preservación de arquitectura en riesgo. Este organismo presenta una lista de los 100 sitios más amenazados del mundo, donde aparecen algunas de las misiones que hemos mencionado más arriba. Esta publicación, al contrario de lo que podría pensarse, es una oportunidad para encontrar más apoyos, ya que la cantidad de nuestro patrimonio arquitectónico es considerable, y nuestro territorio extenso, como instituto debemos unir esfuerzos en varios niveles para fortalecer la conservación de nuestro Patrimonio Cultural.

14.04.2013

PARTICIPA EL INAH CHIHUAHUA EN EL 6º ENCUENTRO DE HISTORIA Y CULTURA REGIONALES.

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Un total de seis instituciones educativas y de investigación se han reunido para llevar a cabo el evento denominado Encuentro de Historia y Cultura Regionales, el cual se realiza cada año con el propósito de consolidar un vínculo académico que permita mostrar un panorama más amplio sobre el norte de México.

EI Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, la Universidad Pedagógica Nacional, la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México, la Universidad la Salle y la Universidad Autónoma de Chihuahua, han unido esfuerzos para realizar la sexta edición de este Encuentro, el cual se desarrollará durante los próximos días 25 y 26 de abril. En estas dos jornadas de trabajo se realizarán diversas actividades encaminadas a diagnosticar los retos, posibilidades y alcances de estudio sobre la zona norte del país.

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Este encuentro surge del interés de mantener un lazo entre instituciones, escuelas y asociaciones civiles en la ciudad de Chihuahua, pero además facilita la convocatoria a un público más amplio, ya que estos Encuentros se realizan con el fin de informar a los chihuahuenses acerca de las investigaciones y proyectos que se llevan a cabo en esta región.

El evento se realizará en las instalaciones del Museo Semilla, y el jueves 25 en punto de las 10 horas, dará inicio con la inauguración formal en el Auditorio Da Vinci de este museo, para luego dar paso al programa inicial con la Conferencia Magistral “La Disputa en la Guerra de Reforma”, presentada por el Dr. Víctor Orozco Orozco, de la Universidad  Autónoma de Ciudad Juárez.

Este mismo día, a las 12 horas, se inaugurará la exposición fotográfica “Camino Real de Tierra Adentro” del artista gráfico Adrián Caldera, la cual permanecerá en exhibición también durante el mes de mayo.

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Una serie de conferencias, mesas de trabajo, exposiciones y exhibiciones artísticas se tienen preparadas como parte del programa, las cuales serán presentadas por parte de investigadores, historiadores y estudiosos de la historia regional.

Entre los eventos a exponer están: la Conferencia “Patrimonio Bio-Cultural de la Sierra Tarahumara» por la Dra. Claudia Jean Harris Clare y la Dra. Ana Paula Pintado; la presentación del libro “Chihuahua Hoy 2012”; la presentación del documental «Ciudad Luz”, dirigido por Octavio Gasca; y la Conferencia “Cultura popular y vida cotidiana en Chihuahua. Aproximaciones para el estudio social», por parte de la Mtra. Paola Margarita Chaparro Medina.

07.04.2013

VESTIGIOS ARQUEOLÓGICOS EN EL CAÑÓN DEL EMBUDO.

Por: Arqueólogo Eduardo Gamboa Carrera.

Una serie de vestigios de casas cónicas y pintura mural fueron descubiertos por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia en el sitio Cañón del Embudo, en Chihuahua.

La Cueva de las Jarillas, Cañón del Embudo, es un sitio arqueológico que corresponde a las denominadas Casas en Acantilado, conjuntos habitacionales localizados entre los acantilados de la Sierra Madre Occidental del estado.

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Cañón  del Embudo, Madera, Chihuahua.

Se localiza en las barrancas de Sírupa, en el municipio de Madera, y está enclavada en la base de un acantilado de ceniza volcánica formada por erosión eólica e hídrica.

Además, en este sitio arqueológico, el más grande de la Sierra Madre Occidental, también se encontraron una gran cantidad de piezas de cerámica y cestería, así como herramientas de la cultura paquimé, de los años 900 a 1450 D.C.

También fue hallada una pintura mural en la que están plasmadas figuras de humanos con cabezas de animales y seres que combinan diversas partes de aves y peces.

Estos hallazgos se realizaron durante los trabajos de investigación y conservación que se llevan a cabo en el lugar, mismo que cuenta con más de 20 cuevas dentro de las cuales hay construcciones prehispánicas conocidas como casas en acantilado.

La investigación se desarrolla con recursos aportados por la Fundación J.M. Kaplan, por conducto de la World Monuments Fund, instituciones que aportan recursos financieros para contribuir al trabajo de investigación, consolidación, conservación, restauración y registro de los vestigios arqueológicos descubiertos en esta zona.

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Como resultado del análisis llevado a cabo a los materiales procedentes del sitio, se realizó una propuesta que asegura la conservación del material obtenido de la excavación arqueológica en el año 2010.

Las favorables condiciones ambientales y del suelo en las que permanecieron enterrados los bienes que conforman la colección, así como el abrigo de una cueva acantilado, permitieron que los materiales se hayan conservado en buen estado en términos generales, de tal manera que en el caso de los materiales orgánicos, el principal deterioro lo ocasiona la tierra acumulada, así como cierta rigidez generada por el envejecimiento propio de los materiales.

24.03.2013

“CUEVA DE LA OLLA”, UN MONUMENTO ARQUEOLÓGICO DE MÉXICO.

Por: Arqueólogo Eduardo Gamboa Carrera.

Gracias a las donaciones de la Fundación J.M. Kaplan en colaboración con el Centro INAH Chihuahua, ha sido posible la preservación del legado histórico de las cuevas de la región de Madera, y bajo esta iniciativa se han identificado ya más de 180 cuevas con casas de arquitectura pueblo distribuidas en diferentes zonas de la Sierra Madre Occidental de Chihuahua, entre las que se encuentran las Cuarenta Casas, Huápoca, Cueva Grande, las Rancherías en Sírupa y el Cañón del Embudo.

Cueva de la Olla es también un sitio significativo que reúne las mismas características de Casas en Acantilado, además de ser un destino cultural casi obligado para los visitantes de Paquimé. Por determinación de la Ley, éste es un Monumento Arqueológico en México.

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Cueva de la Olla, Madera, Chihuahua.

La Coordinación de Conservación del Patrimonio Cultural y la Coordinación de Arqueología aceptaron la propuesta de asignar a la atención de este sitio, un remanente del fondo que había sido destinado para la conservación de los acabados arquitectónicos de sitio Las Rancherías, ya que éste no pudo implementarse debido al brote de violencia en esta parte del estado en el año 2007.

Cueva de la Olla posee un valor excepcional, ya que representa un vestigio importante que muestra además de los valores arquitectónicos de las Casas Acantilado, la evolución social de los pobladores que le dieron vida. Esto se debe a que en un mismo paraje, los arqueólogos encontraron cuevas con ocupaciones pre-cerámicas que dieron a la cultura Casas Grandes un origen y un parentesco con la cultura Mogollón.

Este hermoso lugar, en el que se conjugan naturaleza y cultura, está localizado en la sección norte de la Sierra Madre Occidental en el municipio de Casas Grandes.

El Valle de las Cuevas alberga cerca de doce cuevas, y cada una de ellas contiene evidencia de estos procesos de la historia humana. Entre ellas se puede observar la Cueva de la Olla, que es la más famosa por su enorme instalación de un género en forma de olla gigante hecho a base de paja y lodo, y que mide casi cuatro metros de altura.

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La Cueva de las Golondrinas contiene evidencia de la presencia del hombre durante los tiempos pre-cerámicos en la región, cuando aún no se dependía formalmente de la agricultura, ni se usaban utensilios cerámicos para preparar alimentos.

El proyecto para la preservación de este legado tiene como objetivo integrar a los involucrados en el manejo de esta con un sentido conservacionista y sustentable. También ha involucrado a las organizaciones civiles y gubernamentales a coadyuvar a la implementación de un Plan de Manejo para la preservación de los monumentos en cuestión.

Los principales trabajos han sido de limpieza, colección, documentación de artefactos y consolidación de cimientos, pisos y muros; además de retiro de escombro en el interior de las estructuras, recuperación de niveles, relleno de hoyos de saqueo, inyección de grietas en muros y reposición de elementos perdidos.

La propuesta incluyó también un programa sistemático de protección de cuevas en contra del mayor peligro que asecha la permanencia de los vestigios: el ganado.  Por lo que se propuso la colocación de cercos ganaderos que eviten que los cuadrúpedos se introduzcan en las cuevas.

La indiferencia y desconocimiento del valor del sitio, así como la cercanía de la carretera y las irregularidades causadas por los saqueadores, son también elementos fuertes que amenazan la preservación.

La magnificencia de la arquitectura del sitio y su integral estado de preservación relativa después de mantenerse en pié por más de 800 años, requerían de una acción urgente de preservación histórica, y este proyecto presentado en el año 2010, tuvo la fortaleza de contar con 60 por ciento de los fondos, adem­ás de tener un reconocimiento universal, ya que los sitios de casas acantilado están considerados de valor universal.

17.03.2013

EL INAH Y SUS ZONAS ARQUEOLÓGICAS.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia a través de su Delegación en el Estado de Chihuahua, realizó en  2012 importantes obras de rehabilitación y mejoramiento de los centros de visitantes de las zonas y sitios arqueológicos abiertos al público en la región Madera.  Dichos sitios  arqueológicos son del tipo de “casas en acantilado” con estructuras en arquitectura de tierra.

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Sitio Arqueológico: «Las Rancherías».

Además de las obras de mantenimiento menor que se llevan a cabo cada año en colaboración con las autoridades municipales,  se invirtieron recursos para la construcción de servicios sanitarios en la Zona Arqueológica de “Las 40 Casas”, mismo que se ubican en la entrada de la zona a la orilla de la carretera que va de la ciudad de Madera a Mesa del Huracán.

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Zona Arqueológica Conjunto Huapóca. Centro de atención a visitantes

En el Conjunto Huápoca, ubicado a 35 kms. a través de un camino de terracería hacia el oeste de cd. Madera, antes de cruzar el río Sírupa hay una pequeña brecha de 1 km para llegar al estacionamiento del Centro de Visitantes, donde se ofrecen servicios:  información general, sanitarios, visitas guiadas  y área de descanso. El conjunto Huápoca está  integrado por tres cuevas principales que son: Nido del Águila, el Mirador y Cueva de la Serpiente.

Cueva Grande, se ubica al otro lado del río Sírupa,  se encuentra enclavada en un rincón de la montaña, cubierta con una cascada, abrigó al menos cuatro cuartos, distribuidos alrededor de una pequeña plaza que  contenía dos graneros para almacenar maíz.

Antes de iniciar el recorrido se cuenta con una pequeña área de estacionamiento donde se construyó un centro de atención a visitantes que ofrece. Servicios sanitarios, información general, visitas guiadas y  área de descanso.

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Zona Arqueológica Cueva Grande. Centro de atención a visitantes.

Como parte de los eventos culturales promovido por la Delegación del INAH en Chihuahua,  en los Centro de Visitantes de las zonas arqueológicas de la región Madera se  tienen programadas para esta semana santa, tres exposiciones fotográficas:

  • En el sitio arqueológico “Cueva Grande” se exhibirá la exposición de 10 fotografías de Itzel Aguilera  sobre la cultura menonita titulada “Tiempos de Sol”.

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  • En el sitio arqueológico “Conjunto Huápoca” se expondrán “Misiones jesuitas de la Tarahumara” de Sahara Cárdenas.

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  • En la zona arqueológica “Las 40 Casas” se montará la exposición “Reviviendo el pasado” conjunto de imágenes del Chihuahua de antaño.

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03.03.2013

INAH E INBA EMITEN DICTÁMENES SOBRE LA PROPUESTA DE REUBICACIÓN DEL MAUSOLEO DE VILLA.

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Fotografía: Luis Luján. http://www.300mm.mx/mausoleo/

El Instituto Nacional de Antropología e Historia, informa que Coordinación de Proyectos Especiales del Gobierno del Estado de Chihuahua, conjuntamente con el ayuntamiento de Chihuahua ingresaron un proyecto por Ventanilla Única del INAH Chihuahua para la reubicación del inmueble reconocido como Mausoleo de Francisco Villa que se encuentra en el Parque Revolución de la ciudad de Chihuahua. Después del análisis de la propuesta por especialistas del INAH e INBA, ambas instancias recomiendan la conservación del inmueble en el sitio original.

Después de analizar la información gráfica y documental, y tomando en cuenta la temporalidad de la obra construida en la primeras décadas del siglo XX, determinaron que dicha obra reúne características estéticas relevantes, de acuerdo con lo señalado en el artículo 33 de la Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Reconocieron que es muy importante la significación en el contexto urbano en donde se erigió este elemento arquitectónico vinculado a la Revolución Mexicana como parte de la historia nacional y cultural del país, con la referencia del Antiguo Panteón de Nuestra Señora de la Regla, que albergara los restos de personas de gran connotación para la ciudad y el Estado de Chihuahua. Además dichos dictámenes tomaron en cuenta las recomendaciones internacionales en materia de monumentos históricos como la Carta de Venecia de 1964, que señala la importancia de la vinculación de los monumentos con su historia y el lugar en el que se ubican.

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Fotografía: Luis Luján. http://www.300mm.mx/mausoleo/

Ambas instituciones reconocen el esfuerzo y la necesidad de propiciar obras de mejoramiento, rehabilitación y tratamiento del paisaje urbano, que bien puedan incluir el seleccionar obras escultóricas de manufactura reciente, de artistas locales contemporáneos que permitan manifestar el arte del siglo XXI en la denominada Plaza de la Grandeza, como un espacio público que permita el uso y disfrute de los usuarios diversos que la visiten.

24.02.2013

INAUGURARÁN LA EXPOSICIÓN “ALTAVISTA LA ZONA ARQUEOLÓGICA CHALCHIHUITES, ZACATECAS” EN CASA CHIHUAHUA.

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Para conmemorar los cien años del descubrimiento de Alta Vista, Chalchihuites, Casa Chihuahua lo invita a la visitar la exposición “Altavista la Zona Aqueológica Chalchihutes, Zacatecas”. Esta exposición es una muestra retrospectiva que se caracteriza por presentar los antecedentes coloniales de la región minera de chalchihuites donde se ubica la zona arqueológica, así como esbozo de las primeras noticias de los antiguos monumentos y trabajos realizados en Alta Vista en el transcurso de estos 100 años. La inauguración de esta exposición será el próximo jueves 28 de febrero a las 20:00 horas. Se brindará un vino de honor para celebrar la ocasión.

La exposición se compone de fotografías, informes, dibujos y registros arqueológicos realizados por los custodios y arqueólogos que inspeccionaron, investigaron y revelaron nuestro actual conocimiento sobre este interesante centro ceremonial prehispánico.
El nombre de esta zona arqueológica, proviene de su descubrimiento en los terrenos de un antiguo rancho denominado Alta Vista o Buena Vista, muy cerca del poblado minero Chalchihuites, del que adquirió su segundo nombre. A su vez, esta última palabra es un vocablo de origen náhuatl Chalchihuitl que significa piedra verde.

Esta ciudad prehispánica constituyó un centro ceremonial y astronómico de la cultura Chalchihuites, misma que se extendió desde los años 200 al 1100 de nuestra era, por el noroeste del Estado de Zacatecas y el sur de Durango, sobre los valles aledaños al flanco oriental de la Sierra Madre Occidental. Los estudios arqueo-astronómicos en el sitio, indican que la ubicación de Alta Vista-Chalchihuites está asociada a su cercanía con el Trópico de Cáncer y que es muy probable que su establecimiento y desarrollo sean producto de grupos de sacerdotes-astrónomos provenientes de Teotihuacán, interesados en localizar en el norte de Mesoamérica “el lugar donde el sol inicia su retorno al sur”: el Trópico de Cáncer.

Fechas de carbono catorce recuperadas en el sitio arqueológico, señalan la fundación del asentamiento hacia el 450-470 d.C. y su esplendor entre los años 700 y 750 de nuestra era. Existe evidencia arqueológica del incremento del sacrificio humano, incendios y abandono de este centro ceremonial entre 850/900 d.C.

Para mayores informes, Casa Chihuahua se localiza en la avenida Libertad número 901 y su teléfono es el 429-33-00 extensión 11734. 

17.02.2013

EL PATRIMONIO CULTURAL COMO PROCESO HISTÓRICO Y SOCIAL.

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La investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural no puede entenderse sin el conocimiento y las prácticas sociales que le dan vida a los bienes culturales, así como a la comprensión de la construcción del concepto mismo de patrimonio cultural. En muchas ocasiones, algunas instituciones de gobierno aparecen como legitimadoras de la herencia cultural del país cuando en realidad es la misma sociedad quien tiene la capacidad y el derecho de establecer lo que considera como propio.

El patrimonio cultural es una construcción discursiva que afirma que existe un consenso sobre la importancia de una herencia histórico cultural, un conjunto de bienes y prácticas que se comparten, y por tanto, identifican a un grupo. Por lo tanto, la construcción de lo que hoy se considera como patrimonio cultural, es resultado de un proceso histórico donde unos cuantos fueron estableciendo los criterios sobre lo que es necesario conservar, investigar y difundir, y lo que no;  precisamente en respuesta a estas acciones institucionales es donde la iniciativa y exigencia de la sociedad organizada deben aparecer.

En este caso, el Instituto Nacional de Antropología e Historia es un organismo del gobierno federal fundado en 1939, con el interés de garantizar la preservación del patrimonio cultural de México. El INAH norma y da los lineamientos para la protección y conservación del patrimonio cultural y también tiene un gran nivel en el área de investigación y en la formación de profesionales interesados en el estudio las diversas formas de vida y organización humana. Uno de los objetivos centrales del Instituto es participar y coordinarse con los gobiernos estatales y municipales y con la sociedad en la toma de decisiones para la conservación y conocimiento de la memoria histórica así como en la implementación de acciones encaminadas a la revitalización de prácticas culturales específicas.

En un análisis más profundo sobre la formación de la idea de nación y por lo tanto, de lo que se considera patrimonio nacional, es evidente que esta construcción ideológica es rebasada por las prácticas sociales que le dan vida, ya que diversos grupos se apropian de manera diferente de la herencia cultural, o consideran otros elementos como parte de su patrimonio, memoria e identidad.

Estas particularidades muchas veces no se contemplan en las políticas institucionales, situación que ocasiona en buena parte su ineficacia. En el ámbito de la cultura, en el caso específico del INAH, este organismo sabe que la diversidad es fuente de la riqueza patrimonial del país, sin embargo, para trascender el discurso y lograr intervenciones equilibradas, consensuadas y efectivas, es necesaria la participación social, y en este sentido no es suficiente que se estudie la diversidad si no que las personas en sus distintas localidades y comunidades recuperen y dignifiquen sus espacios y sus formas de vida.

Para lograr este objetivo no solo interviene la cultura, hay que considerar el estado de corrupción, pobreza y desigualdad en el que vivimos, resultado de un acceso y reconocimiento limitado que prioriza desde las miradas de la élite política, económica y cultural. Así que la investigación y protección del patrimonio cultural plantea un problema complejo que tiene que ver con relaciones de poder y dominio de unos cuantos, aquí es cuando no debemos olvidar que el patrimonio es un proceso histórico y social vivo, y que es indispensable la toma de decisiones y acciones por parte de las personas en todos los ámbitos de la vida social para lograr un bienestar común con el respeto e integridad de las particularidades.


[1] Antrop. Rocío Juárez Nogueira, Difusión INAH Chihuahua. piracanta@gmail.com

10.02.2013

Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural,
la Unión Ganadera Regional de Chihuahua y el Instituto Nacional de Antropología e Historia en Chihuahua con el objeto de montar una exposición temporal sobre los vaqueros y ganaderos chihuahuenses, publica la siguiente:

Convocatoria para la captación de objetos y bienes culturales relacionados con la ganadería.

Con el tema:

Los vaqueros, herencia cultural del estado de Chihuahua.

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De acuerdo con las siguientes bases:

1. Podrán participar todos los habitantes del estado de Chihuahua.

2. Los interesados podrán participar con objetos de trabajo, de vida cotidiana, objetos de arte, fotografías y documentos relacionados con la ganadería en el Estado.

3. El material que se presente podrá ser de cualquier época histórica; podrán participar con herramientas de trabajo: monturas, riendas, frenos, fierros de herrar, estribos, espuelas, etc. Vestido: botas, sombreros, chalecos, cueras, chamarras, cananas, chaparreras, etc. Documentos: fotografías, postales, cartas, memorias, diarios personales, libros de registro, libros de correspondencia, títulos de propiedad, registros de fierros, etc. Vida cotidiana: planchas de hierro, lámparas, esquilias, sartenes de campo, navajas, recetas de cocina, etc. Objetos de arte y oficios: canciones, instrumentos musicales, pinturas, dibujos, escultura, bailes, trabajos de talabartería como fundas de navaja, cananas, repujado, cinturones, etc. Fiestas de rancho y rodeos: cinchos, espuelas, cencerros, etc. Tradiciones culinarias: recetas, manejo y conservación de alimentos, objetos de cocina y matanza, palotes, prensas, molinos de maíz y carne, romanas, etc. Cacería: armas, relatos, fotografías, pieles, etc.

4. Los temas y contenidos comprenderán algún aspecto de la vida cotidiana de los ranchos y comunidades rurales, hechos históricos, sociales, políticos, educativos, de trabajo rural, medicina tradicional y veterinaria, personajes, familias, flora, fauna, recursos naturales, fiestas, herraderos, embarques, corridas, vestimenta tradicional, exposiciones ganaderas, cocina tradicional vaquera, elaboración de arreos y herramientas, arquitectura e instalaciones rurales y todos aquellos temas relacionados con la historia de la ganadería.

5. Cada objeto, documento o fotografía llevará adjunto una tarjeta con la descripción del contenido, lugar, fecha, autor o propietario o cualquier información que sirva para identificar el lugar, la fecha y las personas que en ella aparecen o sus propietarios. No deberá adjuntarse con clip, cinta adhesiva, ni escribir sobre el documento o fotografía original para evitar que se dañe. Las fotografías deberán estar impresas en papel fotográfico. La información que proporcionen ayudarán a contextualizar la exposición.

6. La entrega de objetos y documentos queda abierta a partir de la publicación de esta Convocatoria en el mes de diciembre del 2012 al mes de abril del 2013. Los materiales se recibirán en Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural, Libertad # 901 Col. Centro, en horario de 10 a 15 horas, de lunes a viernes.

7. Cada participante deberá entregar sus objetos mediante oficio y copia (mecánico o manuscrito) en la cual se enlistarán los objetos que presta. En el mismo deberá incluir su nombre completo, domicilio, teléfono y copia de su identificación oficial. El personal de Casa Chihuahua, verificará la entrega y firmará de recibido en la copia.

8. Los materiales y objetos originales serán devueltos a sus propietarios, por lo que es muy importante presentar el oficio con la firma de recibido y presentar su identificación oficial para su entrega.

9. Las fotografías y documentos formarán parte de la Fototeca INAH en Chihuahua. Se hará una reproducción electrónica para su conservación y uso en la Fototeca, autorizando al INAH para utilizar el material fotográfico o documental en actividades culturales y de investigación sin fines de lucro. Los originales serán devueltos. Si el propietario así lo decide, podrá donar el material original a la Fototeca del INAH.

10. Casa Chihuahua, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la UGRCH se reservan el derecho de reproducir las fotografías y los documentos que hayan ingresado para fines de investigación científica y difusión cultural, sin ningún lucro, dando el crédito correspondiente.

11. Se hará una selección de los materiales y objetos y se integrará una exposición temporal en Casa Chihuahua.

12. Una vez que se haya clausurado la exposición, los participantes podrán recoger sus objetos y documentos, presentando su oficio, en Casa Chihuahua. Junto con sus documentos y objetos originales, recibirán una constancia de participación por su colaboración en la exposición temporal Los vaqueros, herencia cultural del estado de Chihuahua.

Para cualquier información comuníquese a:

Casa Chihuahua. Centro de Patrimonio Cultural. Libertad No.901, Col Centro, C.P. 31000. Tel.429.33.00, ext. 11700, 11720.

UGRCH Km. 8.5 Carretera a Cd. Cuauhtémoc, Col. Las Ánimas, Chihuahua, Chih. C.P. 31450 Tel. (614) 434-0152 Y 434-0153.

Centro INAH Chihuahua, Paseo Bolívar 608, Col. Centro, Chihuahua, Chih. C.P.31000, Tel. (614) 410-9076 y 410-8733.

03.02.2013

NUEVOS AIRES EN EL INAH.

Por Mtro. José Francisco Lara Padilla.[1]

La reciente visita del Secretario Técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Dr. Bolfy Efraín Cottom Ulín, a la ciudad de Chihuahua, concitó a la reflexión de la comunidad de profesores, investigadores, arquitectos y personal administrativo de la delegación del INAH en Chihuahua, así como de la comunidad académica de la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México (EAHNM), con respecto a nuestro Instituto.

imagen Bolfy Cttom tomada de poliedro digital.

 Dr. Bolfy Efraín Cottom Ulín.

En conferencia inaugural impartida el pasado lunes 28 de enero, con motivo del inicio de cursos de la EAHNM, el Secretario Técnico compartió a un amplio auditorio los grandes retos del INAH, en un momento histórico por demás complicado en lo que concierne a la protección del patrimonio cultural del país.

Esta nueva etapa de la administración pública federal, en la que se designa como director del INAH al Etnólogo Sergio Raúl Arroyo -quien se desempeñó anteriormente en el mismo cargo (2000-2005)-, contempla un contexto por demás complejo, tanto en lo interno como en lo externo para nuestro Instituto. Al respecto, la designación del Dr. Cottom resulta por demás significativa, en función de su solvencia académica, de su perspectiva crítica y propositiva al interior del propio INAH, así como por su probado compromiso con la institución y con sus actividades sustantivas.

De manera sucinta, el Dr. Cottom compartió al auditorio un diagnóstico del estado en que se encuentra el INAH tras la conclusión de la administración que le precede, donde se detectó una progresiva erosión de prácticas institucionales, en la que la toma de decisiones unipersonales vinieron a desplazar los acuerdos colegiados, con la preocupante discrecionalidad que esto conlleva.

Destacó la complejidad estructural con que fue concebido el INAH, en el año de 1939, siendo considerada una institución medular en la conservación y difusión del patrimonio cultural de nuestro país. Cuatro son sus áreas sustantivas: 1) la protección y conservación del patrimonio cultural; 2) el fomento a la investigación científica; 3) la difusión del patrimonio cultural y, 4) la formación de profesionales de alta calidad abocados a las propias tareas sustantivas del Instituto. Cuatro áreas que hoy más que nunca necesitan fortalecerse ante las dinámicas globales que privilegian el flujo de capitales y la emergencia de mercados, cuyos ímpetus comerciales suelen atentar contra el acervo patrimonial y cultural de las naciones.

Consecuente con su actitud analítica y propositiva, el Dr. Cottom compartió en su conferencia los retos y esfuerzos que vienen para el INAH en este periodo administrativo que comienza, a sabiendas que quienes conformamos el Instituto somos herederos de una enorme tradición y compromiso en lo que respecta a la protección y conservación de un patrimonio cultural que condensa la memoria nacional, que nos da identidad y que reproduce nuestro rostro pluriétnico.

Por ello, la revitalización de nuestro Instituto demanda, entre otros: 1) La reconstitución de su generosa y comprometida comunidad, evitando los distanciamientos; 2) El restablecimiento del sustento colegiado, en lo que respecta al ejercicio de su facultad normativa y rectora en materia de la protección y conservación del patrimonio cultural tangible e intangible; 3) Retomar al interior prácticas institucionales que históricamente funcionaron; 4) Reposicionar al INAH en las áreas de ciencia y tecnología; 5) Impulsar proyectos regionales de investigación (entre los que destacarían, para el caso de Chihuahua, el Centro INAH y la EAHNM); 6) Fortalecer la presencia del INAH en el Norte de México; 7) Mejorar la coordinación con los gobiernos estatales y municipales; 8) Vincular de manera más estrecha al Instituto con la sociedad.

Sin duda que el reto propuesto por la Dirección y la Secretaria Técnica del INAH es de dimensiones colosales. Revitalizar una institución maltrecha, producto de la indolencia e  improvisaciones administrativas que preceden, supone de una reingeniería inteligente y sobre todo apasionada por la historia y el futuro de nuestro Instituto.

Enhorabuena por el diagnóstico que nos ha compartido nuestro Secretario Técnico,  así como por el reto revitalizador que se han propuesto las nuevas autoridades, el cual, alienta, motiva y compromete a quienes orgullosamente somos parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia.


[1] Profesor Investigador del Centro INAH Chihuahua, titular del proyecto de investigación “Antropología Jurídica, Peritaje Antropológico e Interlegalidad en el Estado de Chihuahua”.

27.01.2013

EL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA PUBLICA EL ATLAS ETNOGRÁFICO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE CHIHUAHUA.

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El Instituto Nacional de Antropología e Historia, con el objetivo de investigar, conservar y difundir el patrimonio cultural del país, presentó el pasado 23 de noviembre del 2012 en el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del Museo Nacional de Antropología con los comentarios del Dr. Francisco Barriga Puente, Coordinador Nacional de Antropología del INAH, Hugo Eduardo López Aceves Investigador de la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH y dos de los autores del Atlas etnográfico de los Pueblos Indígenas de Chihuahua, dicho material de divulgación fue coordinado por Luis Eduardo Gotés Martínez, Ana Paula Pintado Cortina, Nicolás Olmos Santoyo, Angélica Pacheco Arce, Marco Vinicio Morales Muñoz y Daniela de la Parra Aguilar.

A través de estudios básicos sobre la Sierra Tarahumara, organización social, política, fiestas y cosmovisiones; así como ensayos temáticos sobre poblamiento, diversidad lingüística, sistema de parentesco, la intervención de jesuitas y franciscanos en la Sierra Tarahumara, la carrera de bola y relaciones de género, varios autores comparten su mirada sobre los estudios etnográficos que han realizado en territorio de los pueblos warijó, ralámuli, óódami, o´óba y algunos pueblos mestizos.

Este libro que contiene textos, mapas, cuadros estadísticos, fotografías y una amplia bibliografía, es uno de los resultados del Proyecto de Etnografía de los Pueblos Indígenas de México de la Coordinación Nacional de Antropología e Historia del INAH. Así que la información contenida en este atlas emplea como principales fuentes de información los datos recolectados en diversas temporadas de campo, diversos materiales históricos y cartográficos, así como el análisis de otras fuentes documentales, tanto históricas como bibliográficas como el mismo Gotés refiere en la introducción de este importante material de divulgación.

20.01.2013

LIBRO REVELA AZAROSA HISTORIA DE LA CERVEZA EN MÉXICO.[1]

* En Chihuahua y Sonora se establecieron unas de las primeras cervecerías en el país.

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Pocos saben que el origen de la cerveza se remonta a nueve mil años, en el Oriente Medio, en la región que hoy ocupa Irak, donde era fabricada por los sumerios. A partir de entonces emprendió un largo viaje que, durante varios siglos y numerosos experimentos, la llevarían a perfeccionar su sabor y calidad. Hoy, es una de las bebidas predilectas a nivel mundial, particularmente entre los mexicanos, lo que ha colocado al país en el décimo lugar en el consumo de cerveza.

La historiadora María del Carmen Reyna, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), recorre en el libro Historia de la cerveza en México el azaroso camino de esta bebida en el territorio americano; desde su llegada al Nuevo Mundo tras la conquista española, los primeros intentos para su fabricación, la difícil etapa de aceptación durante la época novohispana, y su posterior consolidación durante el siglo XX, tanto en el gusto como en una floreciente industria mexicana.

En el volumen, editado por el INAH, la especialista de la Dirección de Estudios Históricos (DEH) señala que aunque la cerveza no necesariamente fue la primera variedad de bebida fermentada que llegó al paladar humano, sin duda fue una de las más antiguas y hoy es, quizá, la más popular del mundo.

Luego de indagar en numerosos archivos, la autora refiere que fue en 1542 cuando el monarca Carlos V autorizó que en la Nueva España se pudiera elaborar cerveza, misma que se producía en una fábrica establecida en Amecameca, que dirigía el español Alfonso de Herrera.

“Traían maestros cerveceros europeos para poder hacerla, que tenían la habilidad, práctica y experiencia necesarias. Esta primera cervecería permaneció alrededor de cuatro o cinco años, pues no tenía las condiciones para subsistir. Además, las primeras cervezas salían muy caras y, por lo mismo, la producción era mínima. Por ello, se decidió mejor traerla en barcos, pero este transporte debía tener ciertas condiciones para que la bebida no se echara a perder”.

La investigadora del INAH relata que cuando México se independizó, llegó una ola de inmigrantes europeos y estadounidenses que preferían la cerveza al pulque —que era una de las bebidas principales en el país—, porque éste les parecía que no tenía sabor.

“En la primera mitad del siglo XIX, los europeos empezaron a establecer fábricas artesanales, pero tenían que traer maestros cerveceros para poder elaborarla, a quienes se les pedía firmar un contrato en el que se establecía que no debían enseñar aquí la técnica porque era algo casi secreto. En Europa, desde la Edad Media, los que habían adquirido una práctica excelente para elaborar cerveza eran los monjes, inclusive algunas marcas tenían el nombre de los monasterios donde se producía”.

María del Carmen Reyna refiere que las primeras cerveceras se establecieron en la Ciudad de México, preferentemente cerca de algún río, porque se utilizaba mucha agua para elaborar la bebida. Sin embargo, no prosperaron porque debían importar el lúpulo, una especie de planta que traían de Europa, de la cual se utiliza la flor hembra sin fecundar. De Estados Unidos venía la cebada pero no tenía la calidad suficiente, por lo que en México se empezó a cultivar este cereal.

“No sé si en México se cultive el lúpulo, a lo mejor aún tienen que traerlo de Europa. Éste es el gran secreto de la cerveza, lo que le da su sabor, aunque se necesita mucha experiencia y conocimientos para que adquiera un sabor exquisito”, refirió la historiadora María del Carmen Reyna.

Una de las primeras cervecerías se estableció en lo que hoy es la calle Revillagigedo, a cargo de la familia Cantolla, procedente de España, pero no tuvo éxito. Otra más se instaló en el Ex Convento de San Agustín, ubicado en Isabel la Católica y República de El Salvador, cuyo terreno abarcaba toda la manzana y para hacerse de recursos, rentaba una parte a la cervecería, que permaneció abierta de 1829 a 1861, cuando se hizo la desamortización de bienes eclesiásticos y se cerró el establecimiento.

Otra fábrica se instaló en el Hospicio de Pobres, ubicado en Balderas y avenida Juárez, que también arrendó una parte de su terreno porque necesitaba recursos para la atención de huérfanos y enfermos. Una ventaja que tenía el hospicio es que poseía mercedes de agua, y eso permitía a los productores contar con el recurso suficiente para elaborar la cerveza. Eran extranjeros, de origen europeo en su mayoría, los que alquilaban estos lugares.

Asimismo, al norte del país, en Sonora y Chihuahua, se establecieron algunas de las primeras cervecerías, lo mismo que en Jalisco, las cuales eran trabajadas por productores ingleses y alemanes. Posteriormente, se abrieron más cerveceras al sur del país.

Al llevar la cerveza de un extremo a otro del territorio nacional, era necesaria una buena técnica para que se conservara en buen estado, sino se echaba a perder.

“La inestabilidad del siglo XIX no hizo posible que se fortalecieran las fábricas de cerveza.  Sin embargo, a mediados de esa centuria empezó a haber una mayor demanda de esta bebida, que poco a poco fue desplazando al pulque. La cerveza también se consideraba medicinal, a los niños se les daba un traguito para tranquilizarlos por efectos del lúpulo”.

La investigadora del INAH indicó que fue hasta principios del siglo XX cuando empezaron a surgir las grandes empresas cerveceras, como Modelo, fundada por españoles en 1925, cerca del río San Joaquín para tener el agua suficiente, quienes trajeron a fabricantes extranjeros para su elaboración. Posteriormente, crearon los envases de vidrio y las corcholatas, que eran muy prácticas para destaparlos y proteger el líquido.

Esta empresa empezó a expandirse y en 1950 adquirió una fábrica de cerveza de Yucatán, que era muy productiva, pero curiosamente al adquirirla dejó de serlo. Sin embargo, siguió su crecimiento llegando a comercializar ocho marcas y fusionándose con socios mexicanos.

Poco a poco se fueron abriendo más empresas con capital nacional, como Corona —que actualmente exporta a muchos países—, Indio, Tecate, Cuauhtémoc, Yucateca, Moctezuma, etcétera, que se vieron favorecidas con el ferrocarril y el transporte marítimo.

María del Carmen Reyna indicó que en Toluca, Estado de México, hay un Museo de la Cerveza, perteneciente a la empresa Modelo, que conserva la maquinaria con que se producía a principios del siglo XX.

“La cerveza mexicana se vende mucho en todo el mundo y es muy apreciada. Hoy por hoy, México ocupa el décimo lugar en el consumo de cerveza, siendo los principales consumidores Alemania (que organiza durante un mes el Oktoberfest, en el que se sirven galones de esta bebida), España, Francia, República Checa, Austria, Bélgica, Reino Unido, Dinamarca y Estados Unidos, que cuenta con infinidad de fábricas”, finalizó la historiadora.

[1] Dirección de Medios de Comunicación INAH.

13.01.2013

INAH OBTIENE APOYO DE CONAFOR DE $2, 430, 422 PESOS PARA PROYECTO DE COMPENSACIÓN AMBIENTAL DE ZONAS ARQUEOLÓGICAS DEL MUNICIPIO DE MADERA.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia, informa que gracias a las gestiones del Centro INAH Chihuahua se obtuvo el apoyo de la Comisión Nacional Forestal para dos proyectos de Compensación Ambiental por Cambio de Uso de Suelo en la Zona Arqueológica “Conjunto Huápoca” y en la Zona Arqueológica “Las Cuarenta Casas”, el recurso de $2, 430, 422 pesos que se ejercerán en un periodo de tres años, dicho recurso será destinado a actividades de restauración de suelos, reforestación y mantenimiento de los ecosistemas afectados.

Huápoca 2

En el caso de Las Cuarenta Casas después del incendio ocurrido el 14 de mayo en el ejido Arturo Gámez del municipio de Madera, se realizaron algunos trabajos de rehabilitación y gracias a la obtención de este recurso se ampliará el área de reforestación.  Después de la compra por parte del INAH, de los terrenos que corresponden al Conjunto Huápoca en el 2011 se ingresó el proyecto a la convocatoria de la CONAFOR. Cabe destacar que ambos sitios arqueológicos son una muestra de casas en acantilado características del Norte de México, y el ecosistema en el que se encuentran son parte indiscutible de su valor cultural.

Las Cuarenta Casas

 Las obras que se realizarán serán la elaboración de zanjas trinchera, barreras de piedras, terrazas individuales, apertura de brechas cortafuego, cercado con postes de madera y reforestación, dichos trabajos serán supervisados por especialistas de la CONAFOR.

[1]Dirección de Medios de Comunicación INAH.

01.01.2013

INAH ENTREGA CUADRO DE LA VIRGEN DE GUADALUPE A LA COMUNIDAD DE PAPAJICHI, MUNICIPIO DE GUACHOCHI.

matachines de papajichi con obra restaurada al fondo

Luego de cinco años de que la comunidad rarámuri de Papajichi, en Chihuahua, perdió en un incendio la pintura del siglo XVIII de su santa patrona: la Virgen de Guadalupe, este 12 de diciembre dicha imagen de culto y devoción regresó mediante una réplica a la misión jesuita de San Ignacio, donde será recibida entre danzas, música y comida que formarán parte de la celebración que se hará en su honor.

Debido a la pérdida de 80% de la pintura durante el siniestro —registrado en 2007 en la también conocida como Capilla de la Virgen de Guadalupe de Papajichi—, fue imposible su restauración y se optó por una reproducción, que fue hecha por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La obra de sumo valor religioso para la comunidad tarahumara de la Sierra Madre Occidental —asentada a 40 minutos de la cabecera municipal de Guachochi—, será entregada por la directora y la subdirectora del Centro INAH Chihuahua, Elsa Rodríguez García y Lourdes Pérez Martínez, respectivamente, así como por el restaurador Jorge Rodríguez Jiménez, quien realizó la réplica. La obra fue recibida por Alejandro Hernández, gobernador rarámuri de la comunidad.

La reproducción de la imagen de la Virgen de Guadalupe fue realizada durante octubre y noviembre de este año, a partir de fotografías proporcionadas por la comunidad, que permitieron conocer los trazos y detalles que conformaban la obra original de autor anónimo.

De 300 kilogramos, la pintura muestra al centro a la Virgen de Guadalupe con sus manos entrelazadas al nivel del pecho; su vestimenta rosada está decorada con motivos florales, en tanto, su manto azul está cubierto de estrellas doradas.

El restaurador Jorge Rodríguez Jiménez, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, explicó que las fotos fueron ampliadas mediante un proyector, con el objeto, primero, de alcanzar el tamaño que tuvo la pintura original (cuatro metros de alto y tres de ancho).

“A través de un proyector fue reflejada la figura de la Virgen a escala sobre una superficie roja vertical —que a su vez descansa sobre tela de lino—, que fue preparada a la usanza colonial, es decir, mediante el uso de sustancias iguales o similares a las originales, entre ellas cola de conejo, carbonato de calcio y aceite de linaza, así como un colorante similar al almagre (usado en obras de los siglos XVI al XVIII) que da la pigmentación rojiza.

“Posteriormente—abundó el restaurador—, a lápiz se trazó cada una de las líneas para formar las figuras, y una vez terminado se les dio color con pinturas al óleo, de las que fue necesario aplicar tres capas o veladuras hasta conseguir el tono semejante al original”.

Jorge Rodríguez Jiménez agregó que luego se realizó la labor más difícil, la colocación de hoja de oro, que destaca en los motivos florales de la vestimenta de la Virgen, en la orilla y estrellas del manto, así como en la corona de picos que porta y en los rayos que conforman su resplandor.

“El fijado de dorados en reproducciones es muy complicada, ya que con facilidad la hoja de oro tiende a arrugarse al momento de la aplicación por ser extremadamente delgada, por ello es necesario ponerla con herramientas especiales y por personas profesionales y experimentadas”, anotó el restaurador del INAH.

El fondo de la imagen guadalupana se compone de un marco dibujado, dos columnas, dos querubines —en la parte superior— que sostienen un cortinaje rojo, y un banco —en la parte inferior— con placas que simulan al mármol y un supuesto cordón de flores de madera.

El restaurador Rodríguez Jiménez mencionó que debido a que dichos elementos eran difusos en las fotografías, hubo necesidad de reproducirlos a partir de comparaciones con otra pintura de San Francisco Javier, localizada en otra misión jesuita, cuyos fondos son similares.

Asimismo, del bastidor original que no fue alcanzado del todo por el incendio, dos travesaños que estaban deteriorados se reemplazaron por otros hechos con cedro, lo que dará estabilidad a la pieza.

La Misión de San Ignacio de Papajichi fue construida por la orden jesuita en 1725, y tuvo como advocación inicial a San Ignacio, sin embargo, tiempo después —se desconoce el momento exacto— la Virgen de Guadalupe se convirtió en su santa patrona, por lo que al templo también se le comenzó a llamar como Capilla de la Virgen de Guadalupe de Papajichi.


[1] Dirección de Medios de Comunicación INAH.

23.09.2012

SEMINARIO INTERNACIONAL DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE ARQUITECTURA DE TIERRA (SICRAT). ARQUITECTURA DE TIERRA Y PARTICIPACIÓN SOCIAL.

Por Antonio Guerrero Arzaga.

Primera parte

Entre los diversos elementos que componen el patrimonio cultural de la amplia región geográfica que actualmente conforma el área fronteriza entre México y los Estados Unidos, la arquitectura de tierra destaca por su nivel de difusión y grado de permanencia.

Este patrimonio, que en gran medida extiende sus raíces hasta muchos siglos antes de la conquista, permitió la adaptación de las culturas nativas a un medio natural con condiciones climatológicas notablemente adversas.

A partir del virreinato, la tradición constructiva de las comunidades de esas latitudes, asimiló la serie de conocimientos técnicos provenientes de España y de otras regiones del país, tales como Tlaxcala y Michoacán, para conformar una cultura arquitectónica propia.

El empleo de la arquitectura de tierra continuó vigente durante el siglo XIX y una buena parte del XX,  manifestándose en destacados ejemplos de viviendas, templos, haciendas y edificios de gobierno.

Sin embargo, a pesar de su remoto origen y de la supervivencia que han logrado en muchos sitios tradicionales, las estructuras de tierra han ido desapareciendo al ser abandonadas o substituidas por nuevos sistemas constructivos. Esto se debe, en gran medida, al desprestigio que han sufrido por ser consideradas portadoras de una tecnología subdesarrollada y de mala calidad. Aunque este desprecio por la arquitectura de tierra se presenta en todo el territorio nacional e incluso en muchos otros países, sus problemas de valoración y protección resultan especialmente graves en las amplias regiones que conforman el área de la frontera norte.

Como resultado de políticas de gestión cultural influenciadas por una visión patrimonial marcadamente centralista y “monumentalista”, no fue sino hasta hace pocos años cuando se empezó a gestar cierto interés por su estudio, documentación y conservación. No obstante, a la fecha, los propios habitantes de comunidades y ciudades norteñas suelen aceptar sin cuestionamiento que su patrimonio histórico no es relevante porque no tiene las características, materiales ni dimensiones de los “monumentos” de otras regiones del país.

Ante esta paulatina desvaloración y pérdida del patrimonio material e inmaterial relacionado con las estructuras térreas, a mediados de los años noventa, un grupo de académicos y profesionales del Instituto Nacional de Antropología e Historia y del National Park Service emprendieron una serie de labores tendientes a frenar este proceso, a través de la conformación una organización denominada Seminario Internacional de Conservación y Restauración de Arquitectura de Tierra (SICRAT).

Durante las siguientes publicaciones, se expondrán los fundamentos de esta organización y se analizarán algunas de las acciones que se han desarrollado durante los últimos años, en las que la participación de las comunidades locales ha jugado un papel fundamental.

Nuevas consideraciones de la noción de patrimonio.

Hasta hace algunas décadas se consideraba patrimonio al conjunto de bienes que tanto un individuo, como una colectividad recibían de las generaciones precedentes. El patrimonio estaba asociado y limitado a la idea de bienes valiosos. Este concepto clásico se transformó radicalmente en estas últimas décadas. Actualmente se consideran patrimonio no sólo los objetos, sino todo aquello que nos remite a nuestra identidad: entorno natural, tradiciones, formas de vida, lenguaje, etc.

El patrimonio ha adquirido, además de un valor utilitario, signo de calidad de vida de los ciudadanos, también la idea del uso social del patrimonio, por lo que a grandes rasgos podríamos decir que es necesaria una gestión que facilite el aprovechamiento sostenible de sus usuarios y garantice al mismo tiempo su conservación.

Hoy en día se tiende hacia una noción integral de patrimonio, que interrelaciona los distintos testimonios de la acción del hombre y la naturaleza. Esta concepción más amplia de lo que es el patrimonio no ha sido asimilada del todo, por lo que no siempre se actúa de forma integrada, entendiendo el patrimonio como un todo que nos pertenece, sobre el que incidimos y que debemos heredar como sociedad a las nuevas generaciones.

Regiones y globalizaciones

Varios autores coinciden en que hay que aceptar la tendencia hacia una cierta uniformidad cultural que intenta convertir a los Estados Unidos -y sus modos de vida- como el único país que construye la industria cultural de lo imaginario y las diferencias culturales ligadas a esa historia soportada por las localidades, regiones y naciones.

Las identidades culturales se han modificado a partir de la experiencia de la globalización. Algunos autores sostienen que la intensificación de lo comunicacional subordina los factores territoriales e identitarios;  sin embargo, aún existe una multiplicidad de expresiones ligadas a lo étnico, lo regional, el patrimonio histórico y las culturas populares.

Las expresiones culturales conformadas por lo histórico-territorial, que incluye saberes, hábitos, tecnología, tradiciones orales, manifestaciones artísticas y experiencias organizadas a lo largo de varias épocas en relación con territorios étnicos, regionales y nacionales, persisten sin ser plenamente diluidas por la globalización. El estrechamiento y la simultaneidad de la información no necesariamente terminan borrando las diferencias culturales. Al respecto, resulta   preciso observar con atención cómo las políticas culturales locales y regionales cumplirán un papel determinante ante los desafíos que impone la globalización.

Las culturas nacionales no se han extinguido, su vivacidad se expresa tanto en las severas modificaciones a su sentido, como en la permanencia de una memoria histórica bastante inestable que se construye en interacción con referentes culturales transnacionales. Coexisten complejos y contradictorios procesos de declinación de lo nacional con dinámicas expansivas de los mercados culturales; un ejemplo de ello es la importancia que han adquirido las ciudades y su conversión, la mayoría de ellas en ciudades de frontera como el caso de Estados Unidos y México.

La importancia que ha venido adquiriendo lo regional-local a nivel mundial se debe, entre otros motivos, al carácter generalmente contradictorio de las relaciones entre los Estados Nacionales y las regiones, así como al aplazamiento para atender las demandas regionales y étnicas en los Estados contemporáneos. Los desequilibrios económicos y de poder en relación con los centros han contribuido a la pérdida de legitimidad de los gobiernos centrales.

Por ello hay que asumir la globalización como una tendencia irreversible, pero una globalización que sea una forma cercana a lo local globalizado. Una ciudadanía-mundo que posibilite articular selectivamente lo cultural desde lo local, lo nacional y lo internacional. Un actuar profundamente local y un pensar globalmente. Finalmente habría que expresar que en esta fase de globalización, la región cada día se consolida como un interlocutor insustituible en la conformación del destino cultural y social de su población. Cuestión que abordaremos en la próxima colaboración.

23.09.2012

SEMINARIO INTERNACIONAL DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE ARQUITECTURA DE TIERRA (SICRAT). ARQUITECTURA DE TIERRA Y PARTICIPACIÓN SOCIAL.

Por Antonio Guerrero Arzaga.

Segunda parte
Una gran región

La región que comprende el Sur de los Estados Unidos y el Norte de México ha sido un crisol incesante de encuentros e invenciones a través de la historia, que la han conformado como un paradigma regional que tiene sus propios ritmos económicos, sociales y culturales.

Una línea divisoria con una extensión de más de tres mil cien kilómetros que comparte una diversidad ecológica y cultural inmensa, así como una constante transmisión de influencias, cosmovisiones y símbolos de ambos lados que la caracterizan como una región. Es también un espacio supranacional en el que se puede observar una integración regional y hemisférica, siendo también una frontera entre dos espacios multiculturales y dos naciones claves en este proceso.

En perspectiva podríamos decir que la frontera es un laboratorio y un microcosmos para entender el futuro de todos los americanos del continente, es un lugar donde podemos ver los cambios y desafíos económicos, sociales, culturales, políticos, militares y ambientales que sucederán mañana como parte del proceso de globalización.

El siglo XXI ha llegado para enfrentarnos a nuestra realidad de sociedad global siendo dos naciones con distintos y convergentes procesos históricos. Sin embargo, no podemos olvidar que en el seno de ambas naciones vive y se expresa una diversidad de culturas mestizas, indígenas, ecosistemas y patrimonio cultural, entre otros muchos elementos y problemáticas profundas, simbólicas y diversas que aún no hemos logrado comprender en todo su magnitud. Esto nos exige una mayor atención y continua reflexión acerca de algunos de estos procesos, pero sobre todo nos abre una valiosa oportunidad de impulsar nuevos espacios de cooperación binacional.

En los últimos años se ha gestado una mayor colaboración en proyectos de investigación y conservación de patrimonio cultural, así como una constante tradición de intercambio de programas culturales por organismos gubernamentales y de la sociedad civil, sin embargo, aun son limitados e inconstantes los mecanismos de coordinación y seguimiento de dichos esfuerzos.

Propiciar una mayor reflexión de las expresiones que ha adquirido la cooperación en materia de recursos culturales, sistematizar experiencias y diseñar instrumentos que faciliten estos procesos tendrán que ser propósitos de nuevos proyectos que oferten una investigación aplicada que redunden en la facilitación y desarrollo de la cooperación en tiempos de globalidad.

El Patrimonio Cultural de Tierra y la Región

En los últimos años la arquitectura de tierra como una expresión del patrimonio cultural regional ha significado un importante motivo de cooperación multilateral y una contribución en materia de identificación de áreas histórico-culturales que han permitido definir espacios y temporalidades dentro del Norte de México y el Sur de los Estados Unidos, como unidad cultural resultante de procesos comunes.

Esta región cultural es vigente y representa un reto en la configuración actual y futura entre ambos países, así mismo una oportunidad de propiciar una cooperación internacional soportada en la diversidad y potencialidad de la cultura regional. Para ello, ha sido indispensable dirigir esfuerzos en el desarrollo de procesos de gestión del patrimonio cultural de tierra que incidan en la construcción de acciones multiplicadoras a nivel local, municipal, estatal y regional.

La conformación del Seminario Internacional de Conservación y Restauración de Arquitectura de Tierra surgió como respuesta ante la necesidad de documentar, sistematizar y evaluar las diversas acciones emprendidas en la región fronteriza entre México y Estados Unidos. Por esta razón, este colectivo en un principio se enfocó hacia la generación de investigaciones y el intercambio de experiencias sobre la aplicación de mecanismos de preservación.

Los objetivos expresos que guiaron la fundación del seminario buscaban: “Promover la conservación del patrimonio construido en tierra con un sentido social, a través de una amplia participación de organismos y profesionistas de México y Estados Unidos. Asimismo, convocar, participar, formar, colaborar y gestionar con las diferentes comunidades, instituciones o gobiernos, la conservación y restauración del patrimonio de tierra existente en ambos lados de la frontera”

Entre las principales conclusiones a las que se llegó en las reuniones realizadas en los primeros años destacaba la necesidad de realizar un registro del patrimonio edificado en tierra, la difusión de este inventario, la creación de bancos de datos con información histórica y técnica, el estudio de los sistemas constructivos tradicionales, la identificación de los problemas causados por intervenciones con técnicas y materiales incompatibles con la tierra, el estudio de los edificios y su entorno natural, rural y urbano, la capacitación técnica, la realización de cursos en escuelas básicas, y sobre todo, la evidencia de que la conservación de este patrimonio no depende tanto de soluciones materiales, sino de la participación de la sociedad.

Y precisamente, el Taller Internacional de Conservación y Restauración de Arquitectura de Tierra, en sus más de 18 años llevándose a cabo en el estado de Chihuahua, es un ejercicio de socialización de conocimientos donde especialistas en arquitectura y en materiales tradicionales muestran los beneficios del uso y conservación de la arquitectura de tierra. La próxima colaboración presentaremos el programa del TICRAT 2012 que se llevará a cabo el 10, 11 y 12 de octubre en la Hacienda El Torreón del municipio de Chihuahua.

26.08.2012

PLURALISMO JURÍDICO EN EL ESTADO DE CHIHUAHUA.

Por Enrique Alfonso Romero Martínez y Manuel Antonio Sifuentes Lucero.

Hablar de “pluralismo jurídico” nos lleva a la necesidad de entender y definir dicho término. En primera instancia, lo jurídico nos remite de manera general al cúmulo   normas que regulan el comportamiento de los individuos dentro de una sociedad o cultura determinada, y dado que existen múltiples sociedades o culturas en el mundo, por ende, existen en cada una de ellas diferentes conjuntos de normas y reglas a los que la antropología social denomina como “sistemas jurídicos”. Consecuentemente, cuando aludimos al “pluralismo jurídico” nos remitimos a la coexistencia y convivencia que se establece entre múltiples culturas, diferenciadas entre sí,  y sus respectivos sistemas jurídicos.

Actualmente, esta convivencia entre culturas suele intensificarse en virtud de las dinámicas de interacción y flujos de información y símbolos culturales, propios de la actual era globalizatoria. Justo en este escenario de globalización es donde se sitúan distintos retos para la sociedad contemporánea. Uno de estos es la convivencia pacífica entre culturas distintas y el reconocimiento efectivo de sus respectivos sistemas normativos, ergo, culturales. Es aquí donde el ámbito de investigación y acción de la antropología jurídica juega un papel importante, ¿cómo lograr dentro de este panorama mundial pluricultural un reconocimiento efectivo del derecho del otro a ejercer sus prácticas culturales y jurídicas?

En México, la composición étnica es muy diversa. Las cifras oficiales registran 52 grupos étnicos que componen parte de la población del país. La problemática surge cuando ambos sistemas, el de la sociedad nacional y el indígena no pueden coexistir de manera armoniosa, ya que las culturas indígenas históricamente en México han sido sometidas a procesos de asimilación e integración a la sociedad dominante. Estas tendencias de asimilación cultural han desconocido formal y materialmente la especificidad cultural de los sistemas de justicia indígena, los cuales han resistido y persistido los embates de un modelo monista y hegemónico. Hoy en día en el Estado de Chihuahua coexisten seis “sistemas jurídicos” distintos: el del Derecho Positivo Mexicano, el Rarámuri, el Guarijío, el Tepehuan del Norte u Odhami, el Pima y el Rarómari. Cada uno con su propia percepción e interpretación del mundo. En este escenario pluricultural y multiétnico del Estado de Chihuahua es necesario que tanto los juristas y la sociedad en general conozcan a “esos otros” que siempre han estado allí (inclusive antes de la llegada de los españoles) y sus distintas formas de comportamiento y costumbres, a fin de lograr un nivel más profundo de  convivencia intercultural e interlegal.

Como parte de un esfuerzo interinstitucional por propiciar escenarios de conocimiento y reconocimiento del pluralismo jurídico en nuestra entidad, los pasados miércoles 5 y jueves 6 de septiembre del año en curso, se celebró en el Auditorio “Ministro Genaro David Góngora Pimentel” del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Chihuahua el “Panel de Pluralismo Jurídico en Chihuahua. Un acercamiento a la diversidad cultural y jurídica”, el cual fue organizado por el PIAI “Programa Interinstitucional de Atención al Indígena”, del cual forma parte el Instituto Nacional de Antropología e Historia, entre otras muchas instituciones.

Dentro de los objetivos del panel nos propusimos informar, divulgar y reflexionar sobre diversos tópicos conjuntamente entre autoridades tradicionales de los diversos grupos originarios de la Sierra Tarahumara, juristas, jueces del fuero común, defensores de oficio, estudiantes de derecho, antropología y filosofía, Organizaciones de la Sociedad Civil, acompañantes de los grupos originarios serranos, representantes del Congreso del Estado, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, así como estudiosos del tema del pluralismo jurídico y público en general.

El panel reflexionó en torno a las distintas formas de impartir justicia por parte de los grupos étnicos ya mencionados, propuso y analizó algunos casos penales específicos que han sido juzgados tanto por el sistema de justicia estatal, como por las autoridades tradicionales indígenas; se revisaron algunos de los contenidos del actual sistema penal acusatorio y sus retos en materia indígena;   los avances y reformas legales en materia de derechos humanos, así como la reciente reforma constitucional en materia indígena,  efectuada en el Estado de Chihuahua.

El balance del panel resultó por demás positivo, lo cual alienta de manera esperanzadora a la construcción paulatina de escenarios interculturales más justos y equitativos.

26.08.2012

El INAH COMO PROTECTOR DEL PATRIMONIO CULTURAL

Por Gerardo Batista Velázquez y Horacio Almanza Alcalde.

En esta serie de colaboraciones en las que los investigadores del Centro INAH Chihuahua nos proponemos dar una visión de conjunto acerca del concepto de patrimonio cultural, el quehacer del Instituto Nacional de Antropología e Historia en la salvaguarda del patrimonio cultural y el apoyo que pueda brindar la sociedad para coadyuvar en la defensa y protección del patrimonio cultural.

La primera entrega tiene como eje central la explicación del significado de patrimonio cultural.

El término “Patrimonio Cultural de la Humanidad” empezó a utilizarse de manera oficial a partir de 1972 como resultado de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural y Natural celebrada en París y aprobada por todos los países miembros de la Organización de la Naciones Unidas  para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), siendo esta instancia multilateral, el principal foro de discusión y normatividad en la materia.

En su Artículo primero, la Convención considera al patrimonio cultural como: “…los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura, monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia…”.

 Asimismo, considera “…los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les de un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia…”; y “los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico…”.

El Artículo segundo de la Convención comprende lo referente al patrimonio natural, para cuyos efectos lo refiere como: “… los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico…”. De la misma manera contempla “las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que constituyan el hábitat de especies, animal y vegetal, amenazadas que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico…”, así como a “… los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural…”.

Una década mas tarde se efectuó en nuestro país otra reunión auspiciada por La UNESCO, en la cual se definió el patrimonio cultural del siguiente modo:

“El patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas surgidas del alma popular y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte, y los archivos y bibliotecas”.

Veinte años más tarde, se plasmó en un nuevo documento, la necesidad de complementar la conceptualización con otros términos acordes a los tiempos donde la  globalización amenaza con hacer desaparecer aquellas manifestaciones culturales  no protegidas por el título de patrimonio cultural  De este modo,  surge el concepto de patrimonio cultural inmaterial, el cual se concibe como: “… los usos, representaciones expresiones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos, objetos artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial que se trasmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y los grupos en función de su entorno, su interacción  con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento  de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad  cultural y la creatividad humana…” (Cfr., Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, Paris, 2003).

Hasta aquí dejamos la colaboración de esta semana, en las subsecuentes abordaremos  la operativización de esta terminología en la defensa del patrimonio y su instrumentación en el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En la entrega anterior presentamos algunos conceptos utilizados en la normatividad internacional para la salvaguarda y protección del patrimonio cultural, natural e inmaterial. En nuestro país, le corresponde al INAH ser la institución que vigile y cuide dicho patrimonio.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es creado en el año de 1939 por mandato presidencial de Lázaro Cárdenas como parte de la Secretaría de Educación Pública. Se justificó la formación de este órgano entre otros motivos: “…por la enorme riqueza de monumentos precortesianos y coloniales del país, además de su estado de ruina y dispersión hacían indispensable mantener constante vigilancia además de que […] los trabajos de conservación requerían de personal que tuviera conocimientos científicos y artísticos, así tambien la investigación histórica requería de personal  con sólida preparación…”.

Las funciones del Instituto están delimitadas en la Ley Orgánica del mismo, la cual fue publicada en 1939. Su artículo 2 las enuncia en los siguientes términos: “… I    Exploración de las zonas arqueológicas del país; II Vigilancia, conservación y restauración de monumentos arqueológicos, históricos y artísticos del país, así como los objetos que en dichos monumentos se encuentren; III  Investigaciones científicas y artísticas que interesen a la arqueología e historia de Mexico, antropológicas y etnográficas, principalmente de la población indígena del país; IV  Publicación de obras relacionadas con las materias expuestas en las fracciones que anteceden; V   Las demás que las leyes de la Republica le confieren…”.

Para la consecución de dichos objetivos y funciones se requirió de la promulgación de la Ley Federal Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricos (1972) y su Reglamento (1975); legislaciones ambas donde se especifican las atribuciones y alcances para la protección del patrimonio cultural de la nación. En dichas normatividades se delimitan términos y conceptos fundamentales para la salvaguarda del patrimonio cultural, tales como monumentos arqueológicos, artísticos e históricos (artículos 28-28 bis, 33,35-36 de la Ley Federal, respectivamente).

Para el caso que nos atañe, “Monumento arqueológico” es definido como: “… los bienes muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al establecimiento de la hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos, de la flora y la fauna, relacionados con esas culturas [y que] para los efectos de esta Ley y su Reglamento, las  disposiciones sobre monumentos y zonas arqueológicas serán aplicables a los vestigios o restos fósiles de seres orgánicos que habitaron el territorio nacional en épocas pretéritas y cuya investigación, conservación, restauración, recuperación o utilización revistan un interés paleontológico, circunstancia que deberá consignarse en la respectiva declaratoria que expedirá el presidente de la República”.

Respecto a “Monumento histórico” lo especifica del siguiente modo: “… son monumentos históricos los bienes vinculados con la historia de la nación, a partir del establecimiento de la cultura hispánica en el país, en los términos de la declaratoria respectiva o por determinación de la Ley”. Para tales efectos, son considerados monumentos históricos, conforme al Art. 36 de la Ley: “I  Los inmuebles construidos en los siglos XVI al XIX, destinados a templos y sus anexos: arzobispados, obispados y casas curales: seminarios, conventos o cualesquiera otros dedicados a la administración, divulgación, enseñanza o práctica de un culto religioso; así como a la educación y a la enseñanza, a fines asistenciales o benéficos; al servicio y ornatos públicos y al uso de las autoridades civiles y militares. Los muebles que se encuentren o hayan encontrado en dichos inmuebles y las obras civiles relevantes de carácter privado realizadas de los siglos XVI al XIX; II  Los documentos y expedientes que pertenezcan o hayan pertenecido a las oficinas y archivos de la Federación, de los estados o de los municipios y de casas curiales; III   Los documentos originales manuscritos relacionados con la historia de México y los libros, folletos y otros impresos en México o en el extranjero, durante los siglos XVI al XIX, que por su rareza e importancia para la historia mexicana merezcan ser conservados en el país; IV   Las colecciones científicas y técnicas podrán elevarse a esta categoría, mediante la declaratoria correspondiente”.

En bien de las tareas de conservación, el Art. 37 de la Ley en cuestión propone mecanismos para declaratorias que no sólo protejan un solo monumento, sino una zona de monumentos mediante el decreto presidencial correspondiente. Y estas zonas, de conformidad al Art. 38, “estarán sujetas a la jurisdicción de los poderes federales en los términos prescritos por esta ley y su reglamento”.

A fines de proteger un conjunto de monumentos arqueológicos, la propia Ley señala que una “zona de monumentos arqueológicos” (Art. 39) “…es el área que comprende varios monumentos arqueológicos inmuebles, o en que se presuma su existencia”.

Asimismo, una “Zona de monumentos históricos”, conforme al Art. 41 de la referida Ley, es un área que comprende varios monumentos históricos relacionados con un suceso nacional o la que se encuentre viculada a hechos pretéritos de relevancia para el país.

En las subsecuentes colaboraciones continuaremos abordando  la operativización de esta terminología en la defensa del patrimonio y su instrumentación en el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En esta colaboración haremos una breve relación de los artículos y mecanismos estipulados en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972 y su correspondiente reglamento, mediante los cuales la sociedad civil, los gobiernos estatales y municipales pueden auxiliar al INAH en la protección del patrimonio cultural de los mexicanos.

La ley Federal de 1972, en su artículo segundo, establece que “el INAH el INBA  y los demás institutos culturales del país, en coordinación con las autoridades estatales, municipales y los particulares, realizarán campañas permanentes para fomentar el conocimiento y respeto a los monumentos arqueológicos, históricos y artísticos…”. Asimismo, en el artículo en cuestión se contempla la participación de otros actores sociales,  pues en el reglamento de la Ley dichos institutos organizarán o autorizarán, asociaciones civiles, juntas vecinales y uniones de campesinos como órganos auxiliares para impedir el saqueo arqueológico y preservar el patrimonio cultural de la cultural de la Nación.

Acerca de los propietarios de bienes inmuebles, se indica la obligación de participar en su cuidado y conservación, lo cual se estipula en los artículos sexto y séptimo  de la referida Ley, donde se establece lo siguiente:

“Artículo Sexto: Los propietarios de bienes inmuebles declarados monumentos históricos o artísticos, deberán conservarlos y, en su caso, restaurarlos en los casos en los términos de los artículos siguientes, previa autorización del Instituto correspondiente. -Los propietarios de bienes inmuebles colindantes a un monumento, que pretendan realizar obras de excavación, cimentación, demolición o construcción, que puedan afectar las características de los monumentos históricos o artísticos, deberán obtener el permiso del Instituto correspondiente, que se expedirá una vez satisfechos los requisitos a que se exijan en el reglamento”.

“Artículo séptimo: Las autoridades de los estados, territorios y municipios, cuando decidan y conservar los monumentos arqueológicos e históricos, lo harán siempre previo permiso y bajo la dirección del Instituto Nacional de Antropología e Historia”.

La organización y autorización de asociaciones civiles, juntas vecinales y uniones campesinas que coadyuven en las tareas del INAH, están  estipuladas en el  Reglamento de la Ley Federal de Zonas de Monumentos Arqueológicos, Históricos y Artísticos, el cual fue publicado en 1975. Su artículo primero señala la competencia del Instituto, sus facultades y la manera en que las distintas instancias de la sociedad civil se unen a la causa del Instituto:

I Auxiliar a las autoridades federales en el cuidado o preservación de zona o monumento determinado;

II Efectuar una labor educativa entre los miembros de la comunidad, sobre la importancia de la conservación y acrecentamiento del patrimonio cultural de la nación;

III Proveer la visita al público a la correspondiente zona o monumento;

IV Hacer del conocimiento de las autoridades cualquier exploración, obra o actividad que no esté autorizada por el instituto respectivo; y

V  Realizar las actividades afines a las anteriores que autorice el Instituto competente.

Los artículos segundo al octavo del Reglamento referido establecen los requisitos y modalidades que deben cumplir esas organizaciones para que asuman algunas de las formas organizativas previstas por la ley, asistan a las autoridades federales en el cuidado y preservación de las zonas de monumentos y se constituyan en órganos auxiliares de la autoridad competente para impedir el saqueo arqueológico y preservar el patrimonio cultural de la nación. Asimismo, se señalan los procedimientos para que estas adquieran los permisos del INAH para montar instalaciones de servicios para visitantes dentro de zonas de monumentos, para mantener o crear monumentos regionales, así como para que obtengan y reúnan fondos de operación para esos museos.

Los artículos décimo al décimo tercero reglamentan la concesión de uso de monumentos arqueológicos muebles a los organismos públicos descentralizados y a empresas de participación estatal, así como a las personas físicas o morales que los detenten.

Hasta aquí las colaboraciones que remiten a algunos de los rubros jurídicos que dan sustento al INAH para la protección de patrimonio cultural de la nación. En las próximas entregas abordaremos otra de las facetas de la preservación del patrimonio cultural, así como de la conservación de patrimonio intangible.

19.08.2012

VALLE DE ALLENDE, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD Y EL CAMINO REAL DE TIERRA ADENTRO.

En el mes de agosto del 2010, México contó con dos nuevos sitios incluidos en la lista de Patrimonio Mundial. El Camino Real de Tierra Adentro y Las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla en los Valles Centrales de Oaxaca, que fueron votados y declarados por los miembros del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO, en la reunión celebrada en Brasilia, Brasil. Con esta decisión México suma ya 31 bienes inscritos: 25 Sitios Culturales, 4 Sitios Naturales y ahora 1 Itinerario Cultural, con lo que refrenda su liderazgo en América Latina.

El ingreso de las candidaturas mexicanas, presentadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el listado mundial, tuvo lugar en el marco de la 34ª reunión del comité, que se efectuó del 25 de julio al 3 de agosto en la capital brasileña.

El también llamado Camino de la Plata, quedó incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, en la categoría de Itinerario Cultural, convirtiéndose en el primer bien mexicano dentro de este rubro. Se trata del sendero más antiguo y extenso de la América septentrional con 2,900 km, que partía de la Ciudad de México y concluía en Santa Fe, Nuevo México, Estados Unidos.

Dicha ruta fue trazada en el siglo XVI por los conquistadores españoles para desarrollar el comercio, facilitar las campañas militares, apoyar la colonización y evangelización en la Nueva España. Representa además uno de los puentes culturales más relevantes que unen a ambas naciones.

El impulso de esta ruta histórica se remonta hacia 1994, con los primeros convenios de cooperación cultural signados entre México y Estados Unidos, a través de instituciones como el INAH, el National Park Service, y las universidades de Texas y Nuevo México. A partir de entonces se decidió trabajar en la materia a partir de encuentros académicos y técnicos.

La inscripción del Camino Real de Tierra Adentro comprende sitios de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Estado de México, Jalisco y Ciudad de México. A éstos podrán sumarse posteriormente los sitios que se ubican en Estados Unidos mediante una candidatura de extensión del bien.

En el caso del estado de Chihuahua, la localidad de Valle de Allende logró la inscripción en la UNESCO. Con motivo de esta declaratoria de Patrimonio de la Humanidad, autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y de Gobierno del Estado de Chihuahua, develarán una placa en la plaza principal de la localidad de Valle de Allende, el día jueves 23 de agosto del presente a las 12:00 horas.

Valle de Allende, fue un lugar donde población concha, tepehuana y tobosa coincidían, el valle cerca del río Florido (afluente del río Conchos) ya había sido nombrado por  los españoles como Valle de San Bartolomé[1]. Chantal Cramaussel menciona como antecedentes la existencia de la villa de la Victoria y San Juan, así como un pueblo de reducción de indios tepehuanes llamado Santa María: “Para 1572, sobre las tierras donde se edificaría más tarde el convento de San Bartolomé, además del pueblo de indios de Santa María, sólo habían aparecido algunas estancias de ganado, y unas pocas parcelas de labor y riego sin casa de vivienda, pertenecientes todas a vecinos de Santa Bárbara”[2].

En 1574 miembros de la orden franciscana establecieron un monasterio que dependía de las minas de Santa Bárbara, así, se dedicaron reducir a los indios conchos de la zona a través de la evangelización y el trabajo forzado, y la formación de un pueblo de indios río abajo del pueblo, introdujeron trigo y ganado en este fértil valle que con el tiempo se convertiría en una región de producción agrícola e importante abastecedor de granos en gran parte de la Nueva Vizcaya, el monasterio sufrió varios despoblamientos hasta el definitivo en 1587 debido a la fundación del mineral Todos Santos. El valle de San Bartolomé subsistió gracias a su intrínseca relación con los estancieros de Santa Bárbara quienes tenían tierras en este lugar, así como por la intensa actividad agrícola, el constante reclutamiento de mano de obra y los movimientos de población. El papel de las haciendas como centros de producción y acaparamiento de mano de obra indígena fueron claves para el auge y permanencia de este valle. Para 1645 los vecinos del Valle de San Bartolomé eran aproximadamente 40 y estaban dispersos en 14 haciendas[3].

A finales del siglo XVII y principios del XVIII el valle de San Bartolomé continuaba como un importante centro de mano de obra indígena, de producción agrícola y de ferias comerciales por lo que su población y actividad económica aumentó considerablemente.  Para 1750 San Bartolomé ya contaba con una aduana local, la Aduana Nacional de Comercio se encargaba de cobrar los impuestos por el traslado, compra y venta de mercancías. El 9 de septiembre de 1852 el nombre de San Bartolomé fue modificado por el de Allende, en honor al caudillo  insurgente don Ignacio José Allende.


[1] Cramaussel, Chantal. “Sistema de riego y espacio habitado. La lenta y azarosa génesis de un pueblo rural”, en: Historia y arte en un pueblo rural: San Bartolomé hoy Valle de Allende. Clara Bargellini (comp.) UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, México, 1998.

[2] Op.cit. p.25-26

[3] Gerhard, Peter. La Frontera Norte de la Nueva España, UNAM, 1996.

13.08.2012

EL POR QUÉ DEL REGISTRO DE LOS BIENES CULTURALES.

 ¿A qué nos referimos cuando hablamos de bienes muebles culturales?

 A los productos de una cultura que pueden moverse de un lugar a otro. Nos referimos en específico a los objetos materiales donde se expresa la cultura, y tienen un valor histórico, arqueológico, o artístico. Algunos ejemplos de ellos son: las pinturas, esculturas, libros, objetos domésticos, o los objetos del ritual, entre muchos otros.

 Los bienes muebles se encuentran  bajo custodia legal en instituciones como los museos, sitios arqueológicos, archivos, templos, etc., asumiendo que una de las funciones de su preservación incluye la conservación preventiva, la restauración, la documentación y el registro de esos bienes.

 ¿Cuál es el propósito del registro?

Primero, es la ubicación del bien mueble, su identificación y cuantificación, lo que nos arroja información sobre el estado material y algunos datos descriptivos iconográficos. Una acción posterior, puede ser formular y aplicar medidas de conservación para cada caso en específico. Sin embargo, la importancia de poseer un registro es integrar un sistema de protección, consulta, y seguimiento de los bienes registrados en cada comunidad. Con ello, evitar el tráfico ilícito, que si bien, puede suceder, el registro es una herramienta indispensable para su recuperación y restitución, incluso si la pieza ha salido del país, se encuentra en algún museo privado o colección particular.

 Es importante mencionar, que la administración eficiente y la gestión efectiva de los bienes muebles en responsabilidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia, contempla mucho más que un inventario o registro de esos bienes para satisfacer necesidades técnicas, científicas, de seguridad o divulgación; también busca el impacto en la comunidad, al incluirla en procesos de apropiación y legitimación del patrimonio cultural.

 ¿A quienes pertenecen los bienes muebles?

Todo patrimonio cultural pertenece a la comunidad que lo heredó, o en cuyo desarrollo se encuentra involucrada; y son los habitantes de la comunidad responsables, en primera instancia, de resguardar y proteger ese patrimonio. Por eso, debemos hacer hincapié, en que los esfuerzos institucionales son insuficientes si no se tiene el apoyo de la comunidad, cuya participación activa en acciones concretas para la preservación y el uso adecuado, y responsable, de los bienes muebles, hace posible la conservación de ese patrimonio.

Es una responsabilidad compartida entre el INAH y comunidad. Por un lado, la institución pública tiene la custodia oficial, y dentro de sus atribuciones busca la buena administración de los bienes muebles, como lo es una intervención – restauración de los mismos, o la supervisión de todo trabajo u obra en dónde se involucre tal patrimonio. Por el otro lado, es la comunidad quien disfruta de los bienes, y la que por tradición tiene su posesión.

Es en este acuerdo de comunidad/institución que el registro, o inventario, de bienes muebles establece un vínculo entre ambas partes, porque solamente teniendo conciencia de lo que se posee  y conociendo su valor, puede protegerse y ser una experiencia significativa para la comunidad.

Conclusión

A todo ser humano que nace en un lugar y en una comunidad le pertenece una herencia cultural y natural que puede llamar su patrimonio, y es definitorio en su ser social, por ejemplo, el paisaje (y dentro de él un bosque, un desierto, un cerro, un lago, etc.) la traza urbana, los monumentos históricos (como la catedral, o una casa antigua), pero, también, las palabras, significados, hábitos, tradiciones, objetos; el conocimiento y las instituciones, entre muchos otros, son parte de ese patrimonio, y determina la forma de relacionarse con su entorno, con su ambiente y con su sociedad.

Los bienes muebles forman parte de ese patrimonio y se ubican, en la mayoría de los casos, en el espacio dentro del cual son funcionales, o donde el devenir histórico los impuso, como los objetos que se encuentran dentro de los templos antiguos (las misiones coloniales, muchas de ellas ahora iglesias parroquiales).

Esos objetos son el patrimonio cultural mueble y representan un punto de referencia en la construcción de lazos sociales, de vínculos de cohesión, de identidad y de memoria. Porque son expresión de conceptos en materia y en formas y nos ayudan a conocer las condiciones culturales y sociales del hombre, pues en esos objetos se acumulan significados, conocimientos, y la memoria de nuestra propia imagen para transmitir al futuro.

Una herramienta para valorar ese patrimonio al que hacemos referencia es el registro o inventario institucional, porque nos ayuda a propiciar un efecto positivo en la recuperación o formación de valores éticos relacionados con esos objetos. Por eso, la protección generada por la misma comunidad incidirá en la aplicación de la política pública, en el fortalecimiento de las estrategias y en la puesta en marcha de programas y proyectos encaminados al posicionamiento del patrimonio cultural como componente esencial del desarrollo económico y social.

30.10.2011

TALLER INTERNACIONAL DE ARQUITECTURA DE TIERRA (TICRAT 2011). MINAS NUEVAS- HIDALGO DEL PARRAL, CHIHUAHUA. 19, 20 Y 21 DE OCTUBRE.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia, en colaboración con National Park Service y Cornerstones Community Partnerships realizan cada año desde 1995 el TALLER INTERNACIONAL DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE ARQUITECTURA DE TIERRA el cual tiene como objetivo abrir un espacio de encuentro entre diversos organismos y especialistas en investigación y conservación del Patrimonio de Tierra promoviendo la capacitación técnica a arquitectos, ingenieros, constructores no especializados y a la comunidad en general interesada en conocer elementos para la conservación de los edificios históricos, así como de criterios básicos para su intervención.

El TICRAT 2011 se realizó del 19 al 21 de octubre en Hidalgo del Parral, Chihuahua, donde se llevaron a cabo conferencias y talleres gracias a la colaboración entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Chihuahuense de la Cultura y el municipio de Hidalgo del Parral.

Aproximadamente 200 estudiantes de la carrera de Arquitectura de la Universidad Tecnológica de Parral, el Tec II de Chihuahua y el ISAD asistieron a las jornadas para conocer un poco más sobre las posibilidades del uso y conservación de la arquitectura de tierra.

El primer día el Dr. Luis Fernando Guerrero Baca de la UAM Xochimilco impartió una Conferencia Magistral titulada “Principios para la conservación de Monumentos Históricos” con el propósito de sensibilizar a los asistentes sobre las bondades de la arquitectura de tierra y las técnicas tradicionales de intervención en los bienes inmuebles. Después los participantes se trasladaron a Villa Escobedo donde realizaron trabajos de restauración en el edificio de la Presidencia Seccional de dicha localidad.

El segundo día de actividades el Mtro. Arturo Martínez Laso presentó la ponencia “México copia de Arte e Historia” y el Arq. Alfonso Aguirre Caballero participó con una conferencia sobre “Plazas y barrios de Parral”; después los asistentes continuaron con los trabajos de restauración donde se trabajo con color mineral. El último día la Restauradora Sara Fernández Mendiola de la Coordinación Nacional de Restauración del INAH impartió una plática sobre el trabajo de los restauradores en la conservación del patrimonio edificado gracias a su conocimiento sobre técnicas especializadas de restauración, así como de la importancia de la conservación de los bienes muebles que se encuentran en el interior de los edificios históricos. El arquitecto Luis Fernando Ledezma habló sobre “Procesos y Manufacturas de Elementos en la Arquitectura” y mostró un par de videos donde maestros canteros y carpinteros muestran sus habilidades y conocimientos sobre la cantera y madera en la restauración de la Quinta Carolina en Chihuahua.

Los principales objetivos de estos seminarios/talleres son los siguientes:

  • Crear un espacio de intercambio teórico-práctico de especialistas en arquitectura de tierra de México y Estados Unidos, para así  brindar a las comunidades los elementos necesarios para la intervención, conservación y mantenimiento de monumentos históricos.
  • Brindar a los participantes los conocimientos básicos para el rescate de técnicas constructivas  tradicionales en tierra, respetando diseños y elementos culturales en la región.
  • Hacer partícipes a las autoridades y habitantes de los diferentes municipios en el conocimiento de éstas técnicas  tradicionales de intervención en monumentos históricos y unir esfuerzos para la conservación del patrimonio cultural edificado.

11.09.2011

TRAS UN RECONOCIMIENTO EFECTIVO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL EN CHIHUAHUA.

Por Mtro. José Francisco Lara Padilla.

Hablar de culturas (en plural) supone el reconocimiento de los múltiples matices que puede asumir la condición humana al momento manifestarse. Las culturas devienen en   modos de vida específicos, sistemas de valores, tradiciones,  creencias, iconografía, artes.

Cada cultura focaliza al mundo de manera particular, construyendo un campo de referentes simbólicos para pensar y pensarse dentro del mismo de manera coherente. El entendimiento del entorno, las explicaciones que con respecto a sus cualidades se generan, así como las incertidumbres por lo mediato y lo desconocido se vierten en semánticas específicas. La multiplicidad heterogénea de semánticas conforma la diversidad cultural.

Los pioneros de la antropología insistían en que la denominada “unidad psíquica del hombre” condicionaba el recorrido de trayectorias unilineales en la evolución humana,  soslayando la ubicación geográfica, el entorno ecológico y las dinámicas propias que al interior de cada comunidad humana pudieran darse. La especificidad cultural poca relevancia tenía en un devenir que se suponía predeterminado. Así, los evolucionistas sociales explicaban a la diversidad cultural, si acaso,  a partir de gradaciones en el avance de los conglomerados humanos.

Con el paso de los años la postura evolucionista se desdibujó. Los patrones homogéneos de concepción del mundo fueron desbordados por la vitalidad propia de la diversidad humana y cultural, cuyos acervos atesoran  multiplicidad de rostros, pluralidad de voces,   multivocidad de significados. Los acervos en cuestión no sólo son catálogos de lo heterogéneo;  son,  también,  un patrimonio común de la humanidad.

La declaración universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural, efectuada en el año de 2001, aboga por el diálogo de civilizaciones y culturas, así como por el respeto y la comprensión mutua. Entre sus cometidos destaca la defensa de la capacidad creativa de la cultura, mediante la multiplicidad de sus formas materiales e inmateriales, garantizando  una convivencia pacífica de los pueblos que la detentan y la portan.

Más allá de intentar reseñar el infinito caleidoscopio cultural mundial o el del continente americano, ni siquiera el del país, focalicemos nuestra atención en el vasto Estado de Chihuahua y concentrémonos en el atractivo mosaico de culturas que lo integramos. Reconozcámonos en él e identifiquemos al resto de las culturas como parte fundamental de este variopinto espejo chihuahuense. ¿Qué tanto sabemos de ellos? ¿Qué tanto hemos estado interesados por su lengua, por su forma de vivir y por sus saberes?  ¿Hemos intentado establecer un diálogo entre pares? Al respecto, es menester señalar que el gran  potencial de la diversidad detona mediante el diálogo y las relaciones interculturales,  enriqueciendo, a través de la convivencia,  los mundos de vida de los interlocutores.

De manera reflexiva a las tendencias internacionales que reivindican espacios para los grupos originarios del mundo, así como de un reposicionamiento más equitativo en los contextos nacionales, las instituciones que se agrupan en el Programa Interinstitucional de Atención al Indígena (PIAI) –entre ellas el Instituto Nacional de Antropología e Historia-,  coadyuvamos con el Congreso del Estado de Chihuahua en lo concerniente a la realización de la consulta que se está efectuando en la Sierra Tarahumara a sus residentes originarios. En dicha consulta se informa y recoge la opinión de rarámuris, odámis, warijos y pimas en lo relativo a una  posible reforma constitucional en materia indígena.

Seguramente este modelo de toma de parecer, respetuoso e interactivo, retribuirá resultados satisfactorios que favorecerán la participación de los grupos originarios de la Tarahumara, a sabiendas de que al incentivar su participación en un marco informado y receptivo garantizaría la revitalización propia del diálogo intercultural, y abriría una oportunidad más para que la diversidad siga floreciendo en nichos más justos y equitativos en nuestro Estado de Chihuahua.


[1] Profesor- Investigador del Centro INAH Chihuahua, titular del proyecto de Antropología Jurídica y Peritaje Antropológico (flarapadilla@gmail.com).

04.09.2011

DR. FELIPE ECHENIQUE MARCH PRESENTÓ SU OBRA MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA. DOCUMENTOS DE SU VIDA. 1750-1813.

El pasado martes 30 de agosto del presente se llevó a cabo la presentación de  de la obra del Historiador Felipe Echenique March.

Los presentadores de esta compilación documental, que consta de cuatro volúmenes, fueron el Mtro. Raúl García Flores y el Hist. Gerardo Batista Velázquez quienes reconocieron el impecable trabajo del investigador como una oportunidad para conocer más a fondo la época en que vivió Don Miguel Hidalgo.

Miguel Hidalgo y Costilla. Documentos de su vida. 1750-1813 del Dr. Felipe Echenique March es la edición de un trabajo de investigación que propicia la reflexión, el análisis y la divulgación del pensamiento de Miguel Hidalgo, uno de los hombres que participó activamente en la gesta histórica de la independencia de México. Obra que se publica por el INAH en el momento actual, como otra forma de conmemorar el bicentenario de la Independencia. Cabe destacar que esta investigación corresponde a un trabajo más amplio del Dr. Echenique que es un proyecto de más de dos décadas de investigación titulado La construcción histórico – social del imaginario colectivo de lo mexicano.

En la lectura de la presente compilación documental, se puede observar una parte de la vida de los criollos de Nueva España, clasificada como “españoles”, y a la cual pertenecía por su origen, el padre Hidalgo. Así se podrán conocer aspectos de la época: la vida parroquial en el obispado, la actividad académica en los colegios mayores de Valladolid y en la Universidad Pontificia de la Ciudad de México, la actividad burocrática y económica de la curia y la mitra, los trámites legales de haciendas y ranchos en jurisdicciones de la diócesis ante los tribunales del propio obispado, las maniobras de la Santa Inquisición con sus numerosos agentes y comisarios, y la reacción violenta de los pueblos español y novohispano contra las autoridades metropolitanas y virreinales.

El material aquí reunido, comentó el Dr. Echenique revela muchas tramas de la vida del padre Hidalgo, su ambiente y su época. Se podrán encontrar relatos interesantes, atisbos a las costumbres, las formas sociales, las creencias y las convicciones, pasajes descriptivos, acciones reveladoras, entre otras muchas situaciones del contexto de entonces.

Esta es una edición moderna que apoyará la lectura y la investigación, donde el criterio fundamental de orientación fue el tiempo y el establecimiento de coordenadas entre todas las fechas documentadas en esta compilación y que, al mismo tiempo, se pueda percibir el actuar presente de cada una de esas fechas.

Una obra para todo tipo de lectores, pues la edición se ha guiado por los criterios de una fácil lectura, y a la vez, el traslado fiel y exacto de los documentos. Los textos se presentan limpios de disertaciones y explicaciones eruditas, pero con las notas indispensables que permiten superar las dificultades que plantaría una lectura sin ellas.

He aquí una obra que muestra al caudillo del levantamiento independentista de la Nueva España, en sus facetas como propietario de ranchos, mediador para el otorgamiento de créditos y otras canonjías, sacristán, cura y juez eclesiástico en diversas parroquias del obispado de Michoacán y, desde luego, como caudillo de la rebelión.

Al finalizar la presentación, el Dr. Felipe Echenique March donó los cuatro volúmenes de su obra a la biblioteca del Centro INAH Chihuahua para su consulta. Los interesados en adquirir estos volúmenes pueden pedirlos en las librerías EDUCAL.

28.08.2011

JORNADAS DE SENSIBILIZACIÓN SOBRE LAS CULTURAS INDÍGENAS DEL ESTADO DE CHIHUAHUA SECTOR JUSTICIA.

El Programa Interinstitucional de Atención al Indígena (PIAI) a través de su mesa de Justicia y Derechos Humanos, en su Agenda 2011 llevará a cabo las Jornadas de Sensibilización sobre las Culturas Indígenas del Estado de Chihuahua”, el cual está dirigido al Sector Justicia, que involucra la amplia gama de órganos administrativos y jurisdiccionales, municipales, estatales y federales,  dedicados a la impartición de justicia en el Estado de Chihuahua.

En la organización de este evento participan CDI, COSSYDHAC, CEDH, ALIANZA SIERRA MADRE A.C., CET, FUNDACIÓN TARAHUMARA, INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA  y el SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA DEL ESTADO DE CHIHUAHUA en conjunción con su ARCHIVO HISTÓRICO; con el objetivo de dar a conocer rasgos culturales de los cuatro grupos originarios del Estado de Chihuahua, sus sistemas normativos y de gobierno, la aplicación de justicia, la interlegalidad y el empleo del peritaje antropológico en los diversos procesos judiciales. Las jornadas van dirigidas a los servidores públicos, para que estos puedan ofrecer un mejor servicio y atención a los indígenas que en un momento dado acuden a solicitarles.

Las jornadas se llevarán a cabo en las instalaciones del Auditorio “Ministro Genaro David Góngora Pimentel” del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Chihuahua, ubicado en la calle Allende #901 Col. Centro C.P.31000, los días 1 y 2 de septiembre de 4 a 8 de la noche.

21.08.2011

EL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Y LA UNIÓN GANADERA REGIONAL DE CHIHUAHUA CONVOCAN AL II CONCURSO DE FOTOGRAFÍA Y PAPELES DE FAMILIA CON EL TEMA GANADEROS, RANCHEROS Y VAQUEROS DE CHIHUAHUA

Antrop. Sofía Pérez Martínez.

De acuerdo con las siguientes bases:

  1. Podrán participar los miembros de todas las Asociaciones ganaderas afiliadas a la UGRCH y todos los habitantes del estado de Chihuahua.
  2. Los interesados podrán participar con fotografías y documentos relacionados con la ganadería en el Estado.
  3. El material que se presente al concurso deberán ser anteriores a 1980; podrán participar con fotografías, postales, cartas, memorias, diarios personales, libros de registro, libros de correspondencia,  títulos de propiedad, registros de fierros, etc.
  4. Los temas y contenidos comprenderán algún aspecto de la vida cotidiana de los ranchos y comunidades rurales, hechos históricos, sociales, políticos, educativos, de trabajo rural, medicina tradicional y veterinaria, personajes, familias, flora, fauna, recursos naturales, fiestas, herraderos, embarques, corridas, vestimenta tradicional, exposiciones ganaderas, cocina tradicional vaquera, elaboración de arreos y herramientas, arquitectura e instalaciones rurales y todos aquellos temas relacionados con la historia de la ganadería.
  5. Cada documento o fotografía llevará adjunto una tarjeta con la descripción del contenido, lugar, fecha, autor o propietario o cualquier información que sirva para identificar el lugar, la fecha (aproximada) y las personas que en ella aparecen. No deberá adjuntarse con clip, cinta adhesiva, ni escribir sobre el documento o fotografía original para evitar que se dañe. Las fotografías deberán estar impresas en papel fotográfico.
  6. Cada participante deberá entregar su material a concurso en un sobre con un seudónimo escrito visiblemente en el exterior. Además se entregará junto con el material, en un sobre cerrado, una tarjeta que contenga el nombre completo, domicilio, teléfono y seudónimo.
  7. El concurso queda abierto a partir de la publicación de esta Convocatoria el miércoles 10 de agosto hasta el miércoles 30 de noviembre del 2011.Los materiales se recibirán en la oficina de la UGRCH Km. 8.5 Carretera a Cd. Cuauhtémoc, Col. Las Ánimas, Chihuahua, Chih. C.P. 31450  Tel. (614) 434-01-52 y 434-01-53; en las distintas Asociaciones Ganaderas locales afiliadas a  la UGRCH y en el Centro INAH Chihuahua en Paseo Bolívar 608, Col. Centro, Chihuahua, Chih. C.P. 31000 en horario de 9 a 15 horas, de lunes a viernes.
  8. El jurado calificador estará integrado por especialistas en fotografía, historia, antropología y ganadería.  Su fallo será inapelable. Los resultados serán dados a conocer a través de los medios de difusión locales.
  9. Los materiales originales serán devueltos a sus propietarios, por lo que es muy importante entregar claramente sus datos en el sobre cerrado y en ficha de entrega.
  10.  Las fotografías y documentos formarán parte de la Fototeca INAH en Chihuahua. Se hará una reproducción electrónica del material para su conservación y uso en la Fototeca. Si el concursante así lo decide, podrá donar el material original a la Fototeca del INAH.
  11.  El Instituto Nacional de Antropología e Historia y la UGRCH se reserva el derecho de reproducir las fotografías y los documentos que hayan ingresado al Concurso para fines de investigación científica y difusión cultural, sin ningún lucro, dando el crédito correspondiente.
  12. Todos los participantes deberán llenar dos formatos a la entrega del material:
  13. El acuse de recibo (en original y copia) del material que se presenta a concurso.
  14. La autorización para que el INAH y la UGRCH utilice el material fotográfico o documental en actividades culturales y de investigación sin fines de lucro.
  15.  Se hará una selección de los materiales a concurso y se realizará una publicación editorial.  Así mismo, se integrará una exposición itinerante para su difusión en el Estado.
  16.  La premiación se hará en dos categorías: fotografía y documentos originales.
  • Los primeros 5 lugares de cada categoría recibirán un premio en efectivo de $1,000.00 (Mil pesos m.n.), Diploma de participación, Regalo
  • Los segundos 5 lugares de cada categoría recibirán un premio en efectivo de $500.00 (Quinientos pesos m.n.) Diploma de participación, Regalo
  • El lugar y hora de la ceremonia de premiación se dará a conocer oportunamente por las instituciones convocantes.
  1. Una vez dados a conocer los resultados, los concursantes podrán recoger sus fotografías y documentos, presentando su recibo en la oficina donde las entregaron. Junto con sus documentos originales, recibirán una constancia de participación en el concurso.
  2. Los casos no previstos relacionados con este concurso serán resueltos por el jurado calificador.

Para cualquier información comuníquese a:

UGRCH  Km. 8.5 Carretera a Cd. Cuauhtémoc, Col. Las Ánimas, Chihuahua, Chih. C.P. 31450  Tel. (614) 434-0152 Y 434-0153.

Centro INAH Chihuahua, Paseo Bolívar 608, Col. Centro, Chihuahua, Chih. C.P.31000, Tel. (614) 410-9076 y 410-8733.

14.08.2011

PLURALISMO JURÍDICO EN CHIHUAHUA. PARTE 3: ALGUNOS EJEMPLOS.

Antrop. Víctor Hugo Villanueva.


Para ejemplificar con casos concretos lo que se ha dicho en las entregas anteriores sobre la existencia de formas jurídicas distintas en un mismo territorio, el del estado de Chihuahua, en esta ocasión hemos de comenzar por definir algunos términos que desde el punto de vista legal o jurídico implican a los pueblos indios.

Por ejemplo, el término pueblo indígena según la legislación internacional, nacional y estatal hace referencia al conjunto de comunidades que son parte de un grupo étnico descendiente de poblaciones que habitaban en el país previo a la conquista o colonización de sus tierras y cuyas instituciones permanecen total o parcialmente.

Por ello, en lo que corresponde a la totalidad del territorio nacional esta definición se aplica a 62 pueblos, de los cuales para Chihuahua se identifican 4: los Warijhó o Guarojío, los O´oba o Pima bajo, los Ódhami o Tepehuán del norte y los Rarámuri o Tarahumar, más los que en años recientes han migrado provenientes de otros estados dela República. Estos pueblos indígenas, según la legislación vigente, tienen derechos de los que por ejemplo sobresalen el derecho a la autodeterminación, a la autonomía, al territorio y a ser consultados de manera libre, previa e informada por medio de sus propias instancias y dinámicas de comunicación.

En este sentido, respecto a los tres primeros tipos de derechos mencionados, la aplicación de los mismos se tendrá que sujetar a las formas o modalidades quela Constitución, y las leyes que de ella resulten, así lo determinen. De esa manera la autodeterminación, que es el derecho de los pueblos indígenas al autogobierno, no debe sobrepasar los límites jurisdiccionales del Estado mexicano, es decir que se les reconoce su facultad de nombrar autoridades propias encargadas de la organización y aplicación de sus normas o leyes siempre y cuando no contradigan o quebranten la unidad nacional. Caso por demás interesante debido a que el autogobierno de los pueblos y comunidades indígenas más que atentar contrala Naciónmexicana y su Estado se ha comprobado que la fortalecen ya que han sido capaces de conservar la cohesión local, municipal o incluso regional en sus zonas de influencia, además de que este tipo de autoridades no reciben por su empeño remuneración alguna, sólo la solidaridad de quienes les reconocen como tales.

Sobre el derecho a la autonomía, que significa el reconocimiento de crear y hacer valer sus propias normas, reglas o leyes internas en base a los principios que consideren apropiados, lo que implica por ejemplo el derecho a resolver los problemas que se presenten en sus comunidades o a integrantes de las mismas. Esta mención nos remite a dos cuestiones fundamentales para los pueblos y comunidades indígenas: la primera, tiene que ver con la prerrogativa a decidir el rumbo a seguir, la posición política que decidan tomar en torno a los temas de carácter nacional, lo que para nada implica una “ruptura” nacional sino el ser sujetos y ejercer tal derecho; y segundo, así como en la autodeterminación, a aplicar sus propios sistemas normativos o derecho consuetudinario para, por ejemplo, hacer justicia. En ese caso, a quien esto escribe le ha tocado participar en controversias judiciales en las que las leyes del Estado nacional, a falta de cambios adecuados y prácticas efectivas, se ha impuesto sobre los sistemas normativos de las comunidades encarcelando a integrantes de éstas por llevar a cabo actividades, como el uso y aprovechamiento de los recursos naturales para el sustento, aceptadas por las normas propias de su comunidad. En dichas situaciones, como estudiosos de las culturas, los antropólogos hemos sido llamados por los abogados que intervienen en la defensa de los inculpados a presentar peritajes antropológicos que le permitan al juzgador contar con pruebas que, precisamente, hagan referencia a tales actividades como parte de la cultura y, por tal, de la normatividad comunitaria indígena.

Sin embargo, la aplicación cabal de la autonomía debe pasar necesariamente por reconocer que muchas de las prácticas por las que son juzgados indígenas en los tribunales estatales o federales, pueden y deben ser juzgadas por las autoridades indígenas, lo que implica, como se dijo anteriormente, cambiar de manera adecuada muchas de las leyes del Estado así como prácticas de la cultura jurídica de los funcionarios del ámbito jurisdiccional, lo que progresivamente pudiera encaminar hacia la cada vez menor participación de intermediarios externos.

En cuanto al derecho al territorio, al igual que en el tipo de situación anterior, para hacer valer el mismo ha tocado participar en la elaboración de ese tipo de pruebas para hacer ver que una comunidad indígena de hecho se asienta en un determinado lugar y demanda ser propietario de la tierra que trabaja y en la cual convive. Esto porque desafortunadamente las figuras jurídicas que acepta la Leyagraria como validas son la propiedad privada, el ejido y la comunidad agraria dejando de la lado el contenido cultural que la comunidad indígena le reconoce a la tierra de la que es posesionaria y, con ello, esta ley le despoja del sentido profundo que tiene la noción de territorialidad como el hábitat natural, jurisdiccional, simbólico e identitario para estos pueblos y comunidades. De esta manera, y en términos de sistemas normativos, dicha ley no considera las formas jurídicas consuetudinarias de trasmisión de la tierra como un bien que ha sido heredado por generaciones completas y conciente de ello, en el caso de los rarámuri, dicen: desde los tiempos de los de más antes que el blanco llegara.

En este tipo de problemática, aunque con sus variables particulares, tenemos a las comunidades rarámuri de Bakeachi, Wawachérare, Choréachi, Mogotavo, Witosachi, Rosabíchi, la comunidad multiétnica (ódhami-rarámuri) de Coloradas de la Virgen, y Mala Noche de origen ódhami. Pero podemos afirmar que si con paciencia nos damos a la tarea de retirar una a una las capas de linderos y jurisdicciones sobrepuestas a las comunidades serranas encontraremos más de este tipo de escenarios.

Ergo, la importancia del derecho de estos pueblos y comunidades a ser consultados previamente a la implementación de algún proyecto o programa proveniente del ámbito público o privado y que los implique. Pero recordemos, este tipo de consulta, por ley internacional, también debe ser libre e informada, es decir, en una primera etapa se debe plantear de manera abierta, directa y completamente el asunto a consultar para que al momento de opinar o tomar alguna posición sobre eso, se esté en condiciones de dar concientemente la palabra. Y todo ello por medio de las propias formas, tiempos y espacios de los consultados.

Pues bien, por ahora hemos visto cómo los derechos y el pluralismo cultural necesitan de un contexto general distinto para que en un momento no muy lejano, ojalá, sea posible hablar de una interculturalidad equitativa. Si me lo permiten, en una próxima entrega comentaremos sobre algunos casos en los que se ha observado el grado de diálogo entre culturas diversas en relación a la impartición de justicia.

24.07.2011

UNA RESPUESTA CAMPESINA EN EL NOROESTE DE CHIHUAHUA: LA  TIENDA DE LAS MUJERES UNIDAS EN EL NOROESTE DE CHIHUAHUA.UN INTENTO DE REPLICA DEL RANCHERO SOLIDARIO EN ANAHUAC.

Antrop. Esperanza Penagos Belman.

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Frente a la situación de deterioro agrícola y a la aplicación de medidas de ajuste estructural,  los pueblos del noroeste de Chihuahua se han organizado pobremente. Después de las luchas campesinas habidas en el noroeste de Chihuahua a mitad de la década de los 80, el ajuste estructural ha golpeado de tal manera a la economía campesina que las respuestas organizativas son  muy escasas; sin embargo cabe señalar como sobreviviente  exitoso,  el ejemplo de  las tiendas comunitarias  algunas de ellas resultado de la organización  del Frente Democrático Campesino y otras nacidas con auxilio gubernamental. En este documento queremos dar ejemplo de un  caso  de organización comunitaria en  este  género:  la  Tienda de las Mujeres Unidas establecida en la cabecera municipal  del municipio de  Temósachic.

La tienda de las “Mujeres Unidas” es una organización comercial de desarrollo comunitario que se estableció  en la cabecera municipal de Temósachic desde 1994 y que ocupa un espacio en la plaza principal del pueblo, justo al lado de la Parroquia y  la oficina de correos. Estratégicamente posicionada, esta pequeña tienda constituye en sí misma  un ejemplo exitoso de inserción laboral de las mujeres al trabajo en un contexto rural  y una muestra visible de las relaciones –no siempre favorables- entre el Estado y las organizaciones campesinas.  La tienda de “las Mujeres Unidas”  se estableció originalmente  a  partir de  una iniciativa  del   gobierno estatal, cuando dos trabajadoras sociales del DIF   acudieron al pueblo para presentar un conjunto de iniciativas tendientes a la organización y el bienestar de  la familia rural.  La información inicial fue directamente recibida por la directora de la Escuela Primaria,  misma que era responsable de  las cocinas Copuci (dependientes también del DIF). Como antecedente el  DIF había hecho una valoración o un pequeño diagnóstico  del tipo de proyectos que podían ser apoyados y de ahí surgió la propuesta de establecer un “comercio” en el pueblo. Aunque esta sugerencia  fue presentada a todos los habitantes del lugar, por la maestra,  fueron las mujeres quienes  desde el principio  tomaron como suya,  la iniciativa del proyecto. Así, desde su origen  pudo conformase  una organización femenina que involucraba a mujeres de diversos extractos sociales, con desiguales  formas de tenencia  de la tierra, preferencias políticas  y creencias religiosas plurales.

Inicialmente fue un grupo de 30 mujeres las que integraron la asociación comercial  y las que  reunieron  un monto de dinero  para acumular un capital de inversión y reembolsable  en la tienda.  Una buena parte de las interesadas contaba ya con experiencia  en el comercio informal: habían tenido  negocios propios  o bien,  habían tenido la posibilidad de participar en ajenos.   Así  entonces   contando con un pequeño capital de 3300.00 pesos  las interesadas en el negocio,  acudieron a una tienda abarrotera con venta al mayoreo presidida por la Madre Lolita[1],  una religiosa participante de un núcleo eclesial de base  establecida en la Colonia  Anahúac en el municipio de Cuauhtémoc,  tienda  constituida  en el contexto  de la lucha por la defensa de los precios de garantía entre 1985-1986  por el padre Camilo Daniel denominada como el Ranchero Solidario[2].  Así  pues desde la Tienda “El ranchero solidario” ,  el grupo de mujeres  de Temósachic   recibían  mercancía de “fiado”  y surtían de  productos  necesarios a su organización comercial.

Así fue como las mujeres de Temósachic rentaron un local  en una calle aledaña a la avenida principal del  pueblo y establecieron su primera tienda. Cabe señalar que esta primera etapa  en términos de autopercepción femenina-,   fue muy importante para las mujeres participantes.  Sus comentarios aluden a un hecho básico: tuvieron que  romper con sus propias limitaciones  y   sobreponerse al caudal de críticas y comentarios desalentadores que auguraban el fracaso  de su experiencia como empresarias-incipientes:  “hasta nuestros maridos se reían de nosotras”, “…decían que  no íbamos a poder”.  En lugar de mujeres unidas, nos decían,   las viejas ruñidas” [3].

Es oportuno comentar que esta  organización  no tenía el único fin de  crear fuentes de empleo para las mujeres  y el de  constituir  una fuente de recursos económicos para varias familias del municipio, sino además  romper el monopolio del único establecimiento comercial  existente en la cabecera municipal   cuya antigüedad  era de 20 años.  Un lugar en el que incluso –siguiendo los testimonios de los informantes-  operaba eventualmente como tienda de raya, pues  los propietarios de las entonces existentes huertas manzaneras, pagaban los jornales a  los  pizcadores  con  vales   efectivos  en mercancías  de dicho local. La integración  de la tienda de las “Mujeres Unidas” planteó la posibilidad de romper dicho monopolio y funcionó como un regulador de los precios de oferta para el otro establecimiento comercial.  Pronto  el pueblo de Temósachic  llamó a la tienda de las “Mujeres unidas”, como el de las “Benditas Unidas”.  Del mote de “Mujeres engañadas” aludiendo al nombre de una telenovela  que por aquel tiempo transmitía el canal 2, llegaron a ser las “mujeres empresarias” y  de las “mujeres ruñidas” pasaron a las “mujeres unidas[4].

El tiempo, la comunicación y la organización permitieron que la  experiencia comercial madurara. Dos años después en 1996  las mujeres participes de esta experiencia  gestionaron un crédito en mercancía otorgado por la entonces presidenta del DIF  Hortensia Barrio, quien aportó un crédito con la idea de “agrandar” el negocio.  Este “crédito” en especie,  permitió que el negocio creciera enormemente: la tienda pasó de ofertar productos básicos como harina, huevo, sal, fríjol, etc. a ser una tienda con abarrotes.    La aceptación o rechazo de este crédito constituyó  una nueva fase para la tienda.  Se trató  de un crédito que les permitió  trabajar y demostrar que unidas podían rendir un fruto colectivo.

Una tercera etapa importante en la maduración de esta organización,  fue la adquisición de un local propio y la primera ruptura con el grupo original.  El motivo de este conflicto fue que uno de los locales propuestos  era propiedad de una pariente de la maestra  y éste  no fue elegido por la mayoría de las socias.  La maestra se enfadó y se retiró de la organización estableciendo un nuevo comercio que no prosperó; sin embargo se llevó a un buen número de las participantes originales con ella.  Los vínculos restantes no se rompieron aun cuando se tuvo que enfrentar una serie de rumores alrededor de esta fractura.  Y la tienda “Mujeres unidas”   salió a flote.

 En este momento la tienda de las “Mujeres Unidas” cuenta con un local propio y un capital reembolsable que les permite el abastecimiento semanal.   Cuentan además con una organización interna ideada por ellas, que coadyuva en el funcionamiento del negocio y que emplea semanalmente entre 5 y 10 personas con salarios semanales.  Funcionan además con un modelo de rotación de horarios,  turnos de trabajo, tareas y actividades,  a excepción de la administradora y el de las cajeras cuyo puesto en el empleo es permanente y cuentan con reuniones mensuales  para evaluar el trabajo y hacer comentarios tendientes al mejoramiento del establecimiento; incluso es un espacio  donde se dirimen los pleitos y los chismes que merman y debilitan a la organización.

Desde nuestro punto de vista esta tienda es una oportunidad de empleo para las mujeres en áreas rurales, por ejemplo aquellas que son madres de familia y que no están en posibilidad de ser empleadas en las industrias maquiladoras o en empresas con turnos de trabajo poco flexibles.  Sobre ello hemos de mencionar que el municipio cuenta con muy pocas fuentes de ingreso para las mujeres fuera de la producción agropecuaria. Antaño  algunas de ellas  podían conseguir empleo temporal en el deshije de los manzanos o en la misma pizca, pero ahora con la casi desaparición de la producción manzanera en Temósachic,  las escasas opciones laborales se restringen  al sector servicios.   Esta  tienda constituyó también un  pequeño mercado local donde los productores agrícolas pueden colocar una parte de sus excedentes de producción, tal es el caso  de  un grupo de mujeres esposas de pequeños propietarios privados de la localidad de San Isidro de Lomas, quienes fueron  apoyadas con créditos y tecnología agrícola para la producción de papa.  Sirve además como expendio para productos directamente manufacturados por las mujeres que participan laboralmente en la tienda por ejemplo ahí expenden el  maíz especial para las harinillas de semana santa,   las tortillas de harina, el pan de levadura, los frijoles  cocidos, los  jamoncillos, las  lagrimitas,  los huevos, el  pollo de rancho, la cuajada, y ocasionalmente   hortalizas,  repollo y  quelites.

Además  que la existencia de esta última posibilita la recuperación de antiguas estrategias de  reproducción familiar particulares en el noroeste de Chihuahua, como son las industrias domésticas en la elaboración de  conservas y envasados  que ha permitido a los núcleos familiares enfrentar la escasez alimentaria frente a la sequía que azotó hace algunos años la región.   Finalmente habría también que señalar que esta tienda  funciona incluso como grupo de autoayuda para las mujeres que ahí laboran, pues se ha constituido en un lugar de diálogo y espacio de consejería sobre  los múltiples problemas que enfrentan en sus vidas cotidianas y es una opción para romper el aislamiento y fomentar la comunicación y  la interacción  de las mujeres habitantes del municipio.  Con este ejemplo hemos querido también hacer hincapié  cómo una organización comunitaria contribuye no sólo en el mejoramiento de la economía campesina, sino ejemplifica muy sencillamente lo que no hemos podido ver en la economía campesina, es decir lo que los especialistas llaman  “la multifuncionalidad  de la agricultura campesina”  es decir, que los campesinos no sólo son  productores  de bienes y mercancías, sino además constructores  de comunidad, generadores de cultura,  además de contribuir a la preservación de  nuestros recursos,  generan salud, nutrición, empleos, modos de vida. Nuestra tarea por ende no sólo es la de buscar el reconocimiento  y la valorización  de la diversidad de las agriculturas sino contribuir en su fortalecimiento equitativo, ellas  generan  oportunidades equitativas en el desarrollo del campo y en  condiciones de vida dignas para los ciudadanos rurales del Norte y del sur,  de  todo nuestro México.


[1] La madre Lolita (Dolores Gallegos) llegó a Anáhuac  a fines de 1986 y desde su arribo comenzó a trabajar con el Padre Camilo Daniel en la formación de la Unión para el Progreso de la Laguna (UPCALA).  Participó activamente en el movimiento por los precios de garantía en 1985-86  y se “revelo  muy pronto como una excelente administradora de los fondos recibidos por el Frente Democrático Campesino  y como responsable de la Cocina. En el proceso de lucha por los precios de garantía,  ella promovió la sustitución de los hombres que habían  tomado las bodegas,  ante la amenaza de desaojo,  por mujeres y otras religiosas.  Ahora es  la responsable de la tienda cooperativa de esta organización llamada el Ranchero Solidario (Quintana:2009:138 ) y “Trabajo con los campesinos, un plantón permanente” en La Jornada del Campo,  No. 32. Mayo del 2010

[2] Cabe señalar que este “ranchero solidario fue un personaje que simbolizó la lucha campesina en el noroeste de Chihuahua y que inicialmente  se presentó en una Asamblea Campesina en la Colonia Oscar Soto Maynéz.  Se trataba de un personaje que conoció   los avatares de todos los campesinos rancheros de por acá. Productor pobre que después de ver una película del llanero solitario se propuso como él   luchar por la justicia. Se fue como jornalero a los Estados Unidos y regresó al conocer la lucha de los campesinos iniciada en 1987.  Atrás de su máscara estaba  el rostro de todos estos hombres del campo.  Este personaje apareció  frecuentemente en diversos momentos de la lucha iniciada por el   Frente Democrático Campesino   para animarles en la continuación de sus demandas .Más tarde cuando se constituyó la tienda en Anahúac, los campesinos bautizaron con ese nombre a su tienda cooperativa.

[3] Entrevista a Luz Esther González Provencio. Temósachic, Agosto 2002.

[4] Entrevistas a Martín Romero. Temósachic. Septiembre 2001 y agosto  2002 y a la señora Maria C. Quintana. Temósachic. Septiembre 2001 y agosto del 2002.

03.07.2011

PLURALISMO JURÍDICO EN CHIHUAHUA. PARTE 2: ASPECTOS PARTICULARES.

Antrop. Víctor Hugo Villanueva.

Situados en el contexto del pluralismo jurídico, hemos de considerar que es por medio de la organización política que las normas se disponen con la intención de cohesionar al conjunto de sujetos que le reconocen como validas en una extensión territorial dada y en un momento histórico determinado. De esta manera, en el caso de los pueblos y comunidades indígenas de Chihuahua, las figuras en las que recae la autoridad varían según su condición particular de asentamiento y convivencia.

 Por ejemplo, recientemente tuve la oportunidad de volver a San Ignacio de Papajichi -del que, por cierto, su denominación original o toponimia es Bajíchi, lugar del aguaje- donde se me compartió cómo es que la comunidad rarámuri en este lugar reconoce una amplitud territorial en la que se incluyen doce ranchos y rancherías: Papajichi, Sarabeachi, Turuchákachi, Sitánachi, Rosánachi, Sahuachi, Laguna, Rebaje, Kgomichi, Rojochike, Mesa de Papajíchi y Rayabó, de las que Papajichi es la ranchería cabecera, pero además, cómo esta comunidad comparte linderos ejidales con otras tres comunidades indígenas distintas, es decir, la extensión territorial correspondiente a la organización agraria se encuentra sobrepuesta a una división intraétnica que toca a las comunidades indígenas de Wishawachi, Pawiránachi y Papajichi, de las cuales cada una de ellas está integrada por una serie de parajes, ranchos y rancherías distintas como en el caso de Papajichi.

Empero, entenderemos que lo que está en el fondo de esa adscripción de ranchos y rancherías a una comunidad en particular es la distribución de la población desde el sistema de parentesco propio, a través del cual se permite una ocupación geográfica normada, entre otras cosas, por las formas de herencia desde las cuales se va asignando la posesión de la tierra a cada uno de sus integrantes, sean hombre o mujer, al momento de conformar una nueva familia. Este es uno de los elementos determinantes en el que los rarámuri de Papajichi, como de muchas otras comunidades, sustentan la certeza jurídica desde su sistema normativo sobre la constitución de la territorialidad que se expresa por medio de la identidad residencial.

En esta comunidad la jurisdicción política y la aplicación del Derecho recae en seis figuras de autoridad: el Warú Siríame o gobernador indígena, como “el encabezado” de la estructura organizativa y con jurisdicción sobre la totalidad de los doce ranchos y rancherías mencionadas quien es el encargado de convocar a la realización de las juntas o reuniones de interés colectivo, dirigirlas y enunciar por medio del nawésari (sermón) el común acuerdo al que se llegó, reuniones en las que se tratan temas relacionados a la impartición de justicia y la toma de decisiones respecto a situaciones diversas; el Upame Chukúame Siríame y el Bikiame Siríame o segundo y tercer gobernadores indígenas, en cada uno de ellos recaen las responsabilidades políticas de circuitos jurisdiccionales al interior de la totalidad de la jurisdicción propia de la comunidad, es decir, en este caso la existencia de una totalidad se explica en gran medida en esta división entre dos bandas, sayos o partidos asentados en un mismo territorio, en términos morales su tarea es auxiliar al gobernador grande en sus obligaciones por mantener el “buen ser” como rarámuri, mientras que en términos políticos implementar el método del consenso; el Generali, el Warú Capitani y los Tará Capitanes -que por ejemplo, en otras comunidades estos últimos son conocidos como Sontari o soldados- que se dividen en dos bandas de seis integrantes cada una, se encargan de apoyar a los Iserigame (gobernadores) al dar aviso del próximo careo a los involucrados en alguna disputa para que se presenten o sean presentados ante la junta, y así impartir un tipo de “justicia restaurativa” como la denominó el Mtro. Augusto Urteaga (2004).

Un tipo de justicia que basa su elaboración conceptual en tres momentos distintos de aplicabilidad: en el primero, la conciliación entre los involucrados en una conducta que escape de la normatividad propia, se busca por la vía del diálogo directo entre los implicados lo que generalmente se resuelve durante el convivio del batari (tesgüinada); el segundo, introduce la participación de los familiares de los involucrados quienes solicitan la intervención de los Iseligame con la intención de que desde el ámbito vecinal inmediato, los circuitos interiores, sea posible conciliar los intereses de las partes; el tercero, en el que el juicio se lleva a cabo como “última instancia” al instaurarse la junta indígena encabezada por el total de las autoridades jurisdiccionales indígenas.

En este sentido, y recordando a Ricardo Robles SJ, diremos que es importante entender que el papel de las autoridades no consiste en juzgar o determinar nada, sino en formalizar, por medio de la enunciación, el consenso al otorgarle el valor de un decreto que todos deben acatar y desde el cual, agrega Javier Ávila SJ, se trata de reparar el daño hecho, devolver lo robado, pagar por los días que no pudo trabajar un herido o dar algo significativo para resarcir la ofensa ocasionada (en: Villanueva, 2008:142-143).

De esta manera en la cultura jurídica rarámuri, palabras como najóroma y oyeripá son verbos que indican el llamar a juicio o para ser juzgado, convocatoria para la acción colectiva que reintegra al incriminado y para lo cual se le pide satisfacer por el daño causado y reconciliarse con la comunidad, según palabras de las propias autoridades de Papajichi.

Asimismo esta comunidad, al momento de realizar sus festividades patronales, activa otras figuras de autoridad de las que se espera la capacidad logística suficiente para conducir a buen término las mismas: el Olawasi quien encabeza la organización para la consecución de estas festividades, éste junto con el Maroma convoca a los Tenanche, Chapeyoco, Abanderados y Alapersi que embestidos en conjunto distribuyen tareas entre la población de los distintos ranchos y rancherías para cubrir las necesidades propias de toda celebración; en ello los Tenanche participan aportando una res, chiva o borrego para preparar el Tónare (carne roja cocida en caldo), comida que se comparte al final de la celebración como acto de agradecimiento por la participación de todos y cada uno de los involucrados; los Chapeyoco se encargan de convocar a los músicos y a los bailadores de matachín o pascola, según la ocasión, en ellos recae la responsabilidad de contar con una celebración lo suficientemente festiva e intensa que agrade a Eyerúame-Onorúame (la que es Madre-el que es Padre); mientras que tanto los Abanderados como el Alapersi fungen como encargados que en todo momento están al tanto de la procesión, los cantos y el baile durante el tiempo que dure la celebración.

Pues bien, por ahora hemos visto cómo el sistema normativo indígena cobra materialidad en un sistema político y otras formas de organización que le ejecutan al momento de presentarse alguna situación de su competencia. En una próxima entrega comentaremos sobre algunos casos en los que se ha observado más de la cultura jurídica rarámuri en acción.

26.06.2011

PERMISOS PARA RESTAURAR UN CUADRO, UNA ESCULTURA, UNA VIRGEN O UN SANTO ANTIGUOS.

 luz renaciente (3)

Formación del comité

Se forma un comité pro restauración del cuadro, la escultura, la virgen o el santo antiguos. Se reúnen los recursos necesarios para los trabajos de restauración.

Solicitudes al INAH

–          Con la copia del acta de formación del comité pro restauración, se hace una solicitud al director del Centro INAH o a su representante oficial para que se autorice la restauración.

–          Es el INAH quien debe realizar el peritaje y el dictamen técnico para la restauración y proporcionar la asesoría necesaria, de forma gratuita.

Restauración de piezas arqueológicas y paleontológicas

–          La restauración de piezas arqueológicas y paleontológicas es labor exclusiva del INAH, en sus secciones de arqueología, antropología física y restauración.

–          Es un delito federal restaurarlas (o alterarlas de alguna forma: pintarlas, rayarlas, pegarlas, romperlas) por cuenta propia.

Restauración de piezas históricas, artísticas o etnográficas

–          Si es necesaria la restauración de una o varias piezas no arqueológicas, es decir, históricas (construcciones, objetos o documentos históricos), etnográficas o artísticas se debe solicitar permiso, dictamen y asesoría del INAH.

REPRODUCCIONES DE PIEZAS, SITIOS HISTÓRICOS Y ARQUEOLÓGICOS

 Autorización del INAH

Para hacer reproducciones de cualquier tipo o material, de piezas históricas o arqueológicas es indispensable hacer la solicitud respectiva, obtener la autorización del Centro INAH que corresponda o de su representante oficial. Y pagar derechos.

Uso de fotografías, videos o dibujos

–          Solicitar el permiso correspondiente a la dirección del Centro INAH o a su representante oficial, para usar fotografías y dibujos de piezas, sitios y monumentos históricos y arqueológicos, en objetos e impresos, y para la exhibición y reproducción de videos de los mismos.

–          Si se van a utilizar en objetos o textos para venta, además de obtener el permiso, es necesario pagar los derechos legales.

Para mayor información comunícate al Centro INAH Chihuahua Paseo Bolívar #608 Col. Centro C.P. 31000. Teléfono (614) 4 10 38 48. https://inahchihuahua.wordpress.com/


[1] Fragmento del Instructivo para el cuidado del Patrimonio Cultural. María Eugenia Márquez C. INAH. México 2010.

19.06.2011

PLURALISMO JURÍDICO EN CHIHUAHUA. PARTE 1: ASPECTOS GENERALES.

Antrop. Víctor Hugo Villanueva.

El pluralismo normativo o jurídico, en oposición al monismo jurídico, se entiende como la coexistencia de normas que reclaman obediencia en un mismo territorio, y que pertenecen a órdenes o sistemas normativos distintos, como lo es el caso de las comunidades indígenas dentro del marco del Estado nacional, y que observa como necesaria la construcción de un ordenamiento o sistema normativo alternativo capaz de consolidar un referente universal del Derecho a través del reconocimiento y aplicación de normas existentes en el seno de una sociedad diversa (Correas, 1995: 215-240).

Desde esta perspectiva, también se distinguen dos tipos de pluralismo normativo: el colonial y el no colonial. El primero, fue desarrollado en países que fueron dominados económica y políticamente por otros y fueron obligados a aceptar las normas jurídicas de las metrópolis; el segundo, se distingue porque surge de la emergencia de nuevos sujetos sociales que reclaman nuevos derechos, y la regulación de ellos a partir de sus propias normas (Wolkmer [2003] citado por López Bárcenas, en: Correas 2007:85-86).

Estas consideraciones teóricas son el resultado de un cúmulo de experiencias obtenidas por medio de la observación de realidades jurídicas distintas en países con regimenes políticos igualmente distintos. Para el caso de América Latina los países que destacan en la implementación de reformas, adecuaciones y aceptación de innovaciones en los marcos legislativos de sus respectivos Gobiernos en aras del reconocimiento de este tipo de pluralismo son: Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil, El Paraguay y Perú. En el caso de México, es a partir de 1992 que se han venido modificando tanto la Constitución Política general como las constituciones estatales y las leyes que de ellas emanan.

En ese sentido, tenemos los ejemplos de la reforma al Artículo 2º de la citada Constitucional general, en el que se reconoce, por ejemplo y en base a lo establecido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que: “La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas”; este artículo ha impactado a tal grado que para el caso del Código Federal de Procedimientos Penales y los respectivos Códigos locales se han incluido instrumentos jurídicos como el peritaje al momento de que un indígena sea sujeto de un procedimiento jurídico, con el fin de que el juzgador se allegue de elementos sustanciales sobre la condición indígena de la persona y su diferencia cultural. Pero ello va más allá, en Chihuahua a un año después de haber sido reformados dichos ordenamientos se tuvo que proceder a reformar la Constitución estatal e incluir un apartado especial sobre derechos indígenas en los que, en su Artículo 8º, se indica que: “En todo juicio civil o penal si una de las partes es indígena las autoridades tomarán en cuenta sus usos, costumbres y prácticas jurídicas. En la represión de los delitos cometidos en las comunidades indígenas entre miembros de un mismo pueblo, se respetarán los métodos e instituciones utilizados tradicionalmente por el pueblo de que se trate. La ley establecerá todo lo relativo a las competencias, jurisdicciones y demás que sea necesario para dar cumplimiento a este precepto”.

Resulta por demás interesante el hecho de que, los legisladores y especialistas que participaron en ese ejercicio político, se hayan planteado el reconocimiento de la existencia de prácticas jurídicas propias de los pueblos indígenas asentados en Chihuahua. Sin duda alguna, para llegar a eso, los que participaron en el proceso tuvieron el conocimiento y la sensibilidad que les permitió observar la diversidad de normas organizadas y propias de pueblos diversos.

Para el caso, quien esto escribe ha tenido la oportunidad de constatar en el campo la vigencia de las formas indígenas para la resolución de conflictos intraétnicos que tienen que ver con la agresión física, el hurto en distintas modalidades, el homicidio y sobre disputas relacionadas con la posesión, el uso y aprovechamiento de los recursos naturales. Esta experiencia ha sido observada en pueblos o comunidades de origen rarámuri o tarahumar como lo son: Rosabíchi, Corralistos, Cabórachi, Cusárare, Aboréachi, Tónachi, Papajichi, Norogachi, Wérachi, Chinatú, Santa Ana, San Rafael, a lo que se suma la experiencia documentada por otros colegas que versa sobre Baquéachi, Kírare, Narárachi, Tehuerichi, Munérachi, Pawichique, Sisoguichi, Choréachi, Coloradas de la virgen, entre otras más.

En términos de organización lo que generalmente se ha observado es que cada pueblo o comunidad indígena está integrada por una serie de ranchos y rancherías en las que habitan y que estas se encuentran distantes las unas de las otras debido a lo escarpado del terreno, de este conjunto identifican a una de ellas como la cabecera o centro político-ceremonial que designa la adscripción de la población a una totalidad indivisa al compartir el sentido de comunidad e identidad residencial; en ese extenso campo geográfico, concurren una serie de autoridades políticas que en su práctica se rigen por una serie de normas, que algunos denominan usos y costumbres, normas que sujetan la transmisión de la cultura, la cohesión de la comunidad, una dinámica comunicativa extendida, el ejercicio del poder para la resolución de conflictos internos y el establecimiento de distintos mecanismos para implementar el método del consenso en la toma de decisiones.

Pero concluyamos esta primera entrega con la siguiente reflexión teórica sobre este aspecto jurídico de la vida de los pueblos indígenas, ya que en una próxima entrega serán expuestos ejemplos concretos en los que se profundizará sobre esto. Si hemos de considerar por sistema normativo indígena a aquel conjunto de normas reconocidas, válidas y eficaces para ese grupo de usuarios que sistematizadas existen en un tiempo y espacio dado, las que dominan a estos individuos históricamente situados (Correas, 2007:23-42), entonces estamos situándonos en el contexto del pluralismo jurídico.

12.06.2011

PRÓXIMO MIÉRCOLES EN CASA CHIHUAHUA INAUGURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN TEMPORAL: «EL HOMBRE TEMPRANO EN MÉXICO»

El ingreso del hombre en América ha sido objeto de diversos estudios. La teoría más aceptada plantea que es a través del estrecho de Bering, durante el Pleistoceno, que el hombre ingresa de Asia a América durante la expresión máxima de la glaciación, momentos en que el nivel del agua de los océanos bajó.

Los reportes de las investigaciones arqueológicas, lingüísticas, genéticas, geológicas y de antropología física, indican que son tres los grupos humanos que ingresan: el primero aproximadamente hace 14,000 años, son los individuos denominados Paleo-Americanos, quienes dieron origen a la población americana; el segundo es el de los Na-Dene, que ingresan poco después, estableciéndose en la costa Noroeste de Canadá, con una antigüedad de 10,000 años; el tercer grupo son los Esquimales, que aún hoy habitan dentro del Círculo Polar Ártico Americano, con antigüedad de 4,500 años.

Hoy en día, México juega un papel importante en el debate sobre la antigüedad de la presencia del hombre en el continente americano, ya que se cuenta con siete especímenes humanos de edades cronológicas que van de 12,500 a 4,500 años antes del presente, obtenidas a través del método de Carbono 14.

 Y es precisamente esta exposición El Hombre temprano en México que presenta estos siete hallazgos en la Ciudad de México y sus alrededores. Estos materiales llegan a Chihuahua gracias al esfuerzo de la Dirección de Antropología Física del INAH, la Coordinación Nacional de Antropología del INAH, el Centro INAH Chihuahua y Gobierno del Estado de Chihuahua a través de Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural.

La inauguración se llevará a cabo este miércoles 16 de junio a las 20:00 horas en Casa Chihuahua e irá acompañada de un ciclo de conferencias impartida por especialistas sobre el tema.

05.06.2011

REGISTRO DEL PATRIMONIO CULTURAL.

Registro de piezas arqueológicas e históricas y material paleontológico

Es indispensable que los museos comunitarios, los órganos coadyuvantes, las asociaciones y los particulares que posean piezas arqueológicas, materiales paleontológicos o históricos, los registren debidamente para su protección, y en cumplimiento de las leyes federales vigentes.

Para el registro en el INAH

Para registrar una o más piezas arqueológicas, históricas o paleontológicas, se siguen los siguientes pasos:

–          Llenar el formato de la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas (DRPMZA) que se solicita en el Centro INAH o con su representante oficial.

–           Este formato debe ser llenado con los siguientes datos:

1.- Nombre completo del (los) solicitante (s).

2.- Domicilio y teléfono para oír y recibir notificaciones.

3.- Total de piezas, especificando cuántas están completas y cuántas están incompletas.

4.- Días y horas en los que se pueden ver los objetos.

5.- Firmas de los solicitantes.

6.- Agregar el croquis para llegar a la población y domicilio en el que se encuentren los objetos.

Una primera visita

–          Previa cita, un equipo de especialistas comisionados, hará una primera visita para valorar la colección y hacer un primer registro de las piezas; comprobará su número, autenticidad y otros factores. Este equipo realizará el informe para la DRPMZA, y notificará, en su caso, la conveniencia de la solicitud, para la cual recibirán una clave de registro oficial.

–          Estos especialistas deberán identificarse, con documentos oficiales – con membrete y forma- como personal del INAH.

El registro

Una vez cumplido lo anterior, en una segunda visita, se procederá al registro definitivo de las piezas.

–          Es necesario proporcionar a los especialistas un espacio para trabajar, con dos mesas, una para el registro y otra para la toma de fotografías de las piezas. El tiempo ocupado en realizar el registro depende del número de piezas.

–          Para la publicación de fotografías, dibujos o información sobre las piezas se necesita el permiso escrito del INAH.

El proceso de la información

La información sobre las piezas se procesa en la Subdirección de Catálogo de Zonas y Monumentos de la Dirección de registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas (DRPMZA) en la Ciudad de México. Al terminar este proceso, se dará aviso a los interesados.

La concesión

–          La DRPMZA otorga por escrito la concesión de uso de las piezas, y le indica al concesionario o concesionarios sus obligaciones.

En los museos comunitarios

–          Para el caso de los museos comunitarios, una vez hecho el registro de las piezas, se debe recabar el permiso y la asesoría de Museos Comunitarios del INAH en las representaciones estatales, para proceder a la distribución museográfica y montaje.

Cambio de domicilio de las piezas

–          Si se requiere cambiar de domicilio o trasladar a otra población las piezas, se debe obtener permiso escrito de la DRPMZA y contratar el seguro correspondiente.

Cambio de lugar

–          Si es necesario cambiar las piezas de lugar, dentro del mismo local, se debe dar aviso a la Subdirección de Catálogo de Zonas y Monumentos Arqueológicos, por medio de Museos Comunitarios del Centro INAH, o de su representante oficial.

Para mayor información comunícate al Centro INAH Chihuahua Paseo Bolívar #608 Col. Centro C.P. 31000. Teléfono (614) 4 10 38 48. https://inahchihuahua.wordpress.com/


[1] Fragmento del Instructivo para el cuidado del Patrimonio Cultural. María Eugenia Márquez C. INAH. México 2010.

29.05.2011

ABRE EL MUSEO DE LA REVOLUCIÓN EN LA FRONTERA. (MUREF)

Con una inversión de más de 23 millones de pesos, el antiguo Museo Histórico de Ciudad Juárez, en Chihuahua, fue sometido a un intenso trabajo de rehabilitación arquitectónica y renovación museográfica que lo han convertido en un recinto de vanguardia, donde ahora se alberga el Museo de la Revolución en la Frontera (MUREF), que fue abierto al público este fin de semana en el marco del primer centenario de la Toma de Ciudad Juárez, ocurrida en mayo de 1911.

Inaugurado el pasado viernes 20 de mayo por el presidente Felipe Calderón, el nuevo espacio museístico ocupa una edificación de estilo afrancesado, construida por el ingeniero Manuel Garfias entre 1885 y 1888 para albergar la aduana —una de las más activas y con mayor cantidad de operaciones comerciales de su época—, puesta en funcionamiento el 10 de septiembre de 1889.

El edificio también ha sido testigo de momentos coyunturales en la historia de México, como la entrevista en 1909 del general Porfirio Díaz con el entonces presidente de Estados Unidos, William H. Taft, y la firma de los Tratados de Paz de Ciudad Juárez entre las fuerzas maderistas y el gobierno de Díaz, en 1911; además, Francisco I. Madero instaló ahí su despacho como presidente provisional.

Con la remodelación del inmueble, realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) —como parte de los proyectos conmemorativos del centenario de la Revolución Mexicana—, surge el Museo de la Revolución en la Frontera, a partir de una nueva propuesta museográfica que resalta el papel de esta región como un espacio estratégico que favoreció al movimiento revolucionario.

El Muref tiene una superficie total de exhibición de aproximadamente mil metros cuadrados, espacio en el que ahora presenta nueve secciones temáticas distribuidas en 12 salas de exposición permanente y una para exhibiciones temporales, bajo un nuevo guión académico desarrollado por el investigador Miguel Ángel Berumen Campos, curador del museo.

Además, el nuevo recinto tiene un auditorio equipado, depósito de colecciones, cuarto de control de seguridad de circuito cerrado, tienda y oficinas. El museo está orientado a resaltar los acontecimientos revolucionarios del país, mediante un recorrido dinámico y educativo, para lo cual echa mano de una museografía tecnológica, lúdica y de vanguardia, así como de fotografías, documentales, fotomurales y piezas de época.

La renovación estructural del inmueble histórico se llevó a cabo respetando la arquitectura original y conservando el plafón, las columnas y las molduras del patio central, los vanos de las ventanas, los acabados exteriores en tabique y los torreones.

La labor de puesta al día de la Ex Aduana Ciudad Juárez incluyó la consolidación de muros, columnas y elementos de cantera, además de trabajos de cancelería, y colocación de ventanas de doble vidrio para efectos de aislamiento térmico y acústico en el patio central.

Asimismo, se renovaron las instalaciones hidrosanitarias y eléctricas, de aire acondicionado y calefacción, la iluminación museográfica y los sistemas de seguridad. Se reparó la techumbre y se amplió el acceso del lado sur para integrarlo a la plaza, de igual manera se construyeron rampas para personas con discapacidad. Además se adquirió equipo de audio y video.

Con un presupuesto total de 23 millones 650 mil pesos (aportados por los gobiernos federal, estatal, municipal y del patronato Amigos del Muref), se llevó a cabo la renovación arquitectónica y museográfica del recinto que tiene como propósito recuperar todos los momentos fundamentales de la Revolución, tanto la lucha maderista, como villista y constitucionalista en las que se involucraron los dos países que comparten esta frontera, indicó Miguel Ángel Berumen.

La primera sala del Muref, titulada El Nacionalismo Mexicano en la Frontera, sitúa al visitante en un escenario que le permite adentrarse en esta ciudad formada principalmente por migrantes que desde el siglo XVII han cruzado la frontera. “Año con año cruzaban alrededor de cinco o seis mil personas, hasta llegar al momento de la Revolución cuando cruzan hasta un millón.

“Aquí se exhibe una proyección del amanecer que representa el renacimiento del hombre en busca de una nueva vida al cambiar de ciudad. Ahí se refleja el incesante flujo de migrantes que llegan con sus maletas, con sus sueños, y a un lado aparecen datos duros sobre estos grupos de exiliados y autoexiliados, en su mayoría de clase media o baja, pero también algunos miembros de la oligarquía de Chihuahua”, explicó Berumen.

La siguiente sala, La junta organizadora del Partido Liberal Mexicano y la transición al anarquismo, aborda el origen del movimiento maderista en 1901, a partir del congreso de clubes liberales que reunió a jóvenes pensadores como Antonio Díaz Soto y Gama, Juan Sarabia y Ricardo Flores Magón.

La tercera sala, El triunfo del maderismo, aborda la candidatura de Madero a la presidencia de la República, su gira nacional para dar a conocer su plan político y el fin del régimen de Díaz. Mientras que la cuarta sección, La radicalización de la lucha (la rebelión orozquista), hace referencia al grupo que estaba con Madero pero no creía en la revolución moderada. “El primero en rebelarse es Zapata, quien lanza el Plan de Ayala y lo desconoce como presidente, al tiempo que propone al chihuahuense Pascual Orozco”.

Francisco Villa es el protagonista de la quinta sala, que resalta la importancia política y militar que tuvo Ciudad Juárez en la vida de este personaje, así como la influencia villista en la nación. “Aquí reflexionamos sobre los símbolos y las leyendas en torno a este personaje, quien no sólo trasciende como figura política sino que también se convierte en una figura mediática”.

La Sala 6 se denomina La Revolución de la Mirada, la cual exhibe una colección de cámaras que permiten al visitante hacer un recorrido por la tecnología de la época y conocer a través de las imágenes la efervescencia social que se vivía en la frontera por aquellos años.

La frontera como escenario, es el tema de la Sala 7, que recupera a las ciudades de El Paso y Ciudad Juárez como escenarios protagónicos del movimiento, y exhibe una maqueta en la que se ubican los sitios donde han ocurrido diversos hechos históricos.

La sala Imaginarios, muestra cómo fue contada la Revolución en Ciudad Juárez, en el Paso, en la capital de México y en EU; y cómo han influido en la memoria de distintas generaciones las versiones fílmicas, musicales y bibliográficas sobre este suceso.

El recorrido concluye con la sala titulada La Aduana Fronteriza como protagonista y testigo, organizada a modo de museo de sitio y en la que se destaca la importancia de este edificio histórico y las etapas que ha tenido a lo largo de un siglo.


[1] Dirección de Medios de Comunicación INAH

22.05.2011

LOS DESAFÍOS DE LA INTERCULTURALIDAD.

Por Mtro. José Francisco Lara Padilla.

 Los escenarios contemporáneos apuntan no sólo hacia el reconocimiento expreso y legal de la diversidad cultural y étnica, sino a lo que las más ambiciosas tendencias interculturales denominan “diálogo de saberes”.

¿Qué supone el diálogo de saberes? Sin duda un esfuerzo colosal por borrar asimetrías y prenociones para con los pueblos originarios del mundo, en un marco de equidad y  respeto entre interlocutores tradicionalmente distantes.

Trascender los límites que prescriben tolerancia y reconocimiento del derecho a existir y pensar diferente del “otro”, para interesarse en su lógica, en su concepción del mundo,  en sus modos de vida, supondría una nueva fase de las relaciones interculturales.

Latinoamérica empieza a perfilarse como el gran laboratorio intercultural del mundo. Grandes esfuerzos jurídicos, antropológicos y legislativos se están realizando durante las últimas décadas para reconocer y dignificar el gran mosaico pluriétnico de nuestro continente.

Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Colombia, entre otras naciones, depuran estrategias normativas en las que la divisa imperante es la del respeto a las cosmovisiones, usos y costumbres  específicos de los pueblos originarios.

El caso mexicano y el de nuestra entidad chihuahuense aún contemplan rezagos significativos en materia legislativa. Sin embargo, de manera paulatina los convenios internacionales y la Declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas, entre otros, alientan desde el ámbito internacional las transformaciones jurídicas necesarias para que a partir  del   pluralismo jurídico -concebido como la coexistencia de distintas concepciones culturales del derecho y de la justicia-, la interlegalidad empiece a prosperar.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su departamento jurídico y del proyecto de investigación de Antropología Jurídica y Peritaje Antropológico, en coordinación con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) suscribimos el pasado 16 de mayo el “Acuerdo de colaboración interinstitucional para la excarcelación de indígenas en el Estado de Chihuahua”, el cual se aboca a propiciar escenarios interlegales más equitativos, que de manera paulatina contribuyan al reconocimiento pleno de los derechos culturales de los cuatro grupos originarios de la entidad (warijíos, rarámuri, ódamis y pimas).

El Acuerdo, con vigencia de un año, consecuente con las  competencias de los organismos vinculados, se aboca a garantizar el ejercicio de los derechos de los pueblos y las comunidades indígenas que la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce y garantiza en su Artículo 2º; específicamente en los casos de indígenas privados de la libertad.

Para ello, ambas instituciones conjuntan esfuerzos que se reflejarán en la asesoría jurídica, gestoría y defensoría, así como en la evaluación de escenarios de interculturalidad y la elaboración de peritajes antropológicos; proveyendo, de esta manera,  elementos para ventilar los  casos en que la diferencia cultural o los usos y costumbres de los Pueblos  Indígenas entran en conflicto con el derecho positivo mexicano.

Sin lugar a dudas, la suscripción del acuerdo contribuirá de manera decidida a la construcción de nuevos nichos interlegales, en los que la diversidad pueda seguir floreciendo.


[1] Profesor- Investigador del Centro INAH Chihuahua, titular del proyecto de Antropología Jurídica y Peritaje Antropológico (flarapadilla@gmail.com).

15.05.2011

SOLICITUDES AL INAH[1]

 –          Son gratuitas, pero no el uso comercial del patrimonio cultural.

–          Al presentar una solicitud al INAH, no debes pagar al recibir un dictamen ni por una asesoría

 Autorización para restauración o reparación

–          Únicamente pagas la cuota moderada por la autorización de las licencias para reparación de los bienes inmuebles, edificios o casas.

–          El pago se hace en la oficina de administración del Centro INAH de tu estado o a su representante oficial.

 Uso comercial del patrimonio cultural

Para el uso comercial de fotografías, videos o dibujos, pinturas o reproducciones de piezas y elementos arqueológicos e históricos, se debe tener el permiso del INAH y pagar los derechos correspondientes.

 Permisos para restaurar o reparar iglesias o construcciones históricas[2]

Es un delito federal restaurar el patrimonio cultural de cualquier tipo, sin tener autorización del INAH, así como alterarlo de alguna forma: pintarlo, rayarlo, pegarlo o romperlo.

 Formación del comité

Se forma el comité pro restauración (de la iglesia, el edifico, o el monumento). Este comité debe reunir los recursos necesarios para realizar los trabajos de restauración o reparación.

 Solicitudes al INAH

 –          Con una copia del acta de formación del comité pro restauración, se envía la solicitud al director del Centro INAH o su representante oficial, para la autorización de la obra.

–          Esta solicitud debe estar firmada por el sacerdote responsable (en el caso de una iglesia) o por la autoridad correspondiente (en el caso de una construcción histórica) y por el comité pro restauración. Se debe anexar el proyecto de restauración.

–          A excepción de las iglesias, por esta autorización se paga una pequeña cuota, en la oficina del Centro INAH.

 Inspección de inmuebles y dictamen

 –          El director del Centro INAH, o su representante oficial, nombrará un arquitecto para que inspeccione el inmueble e indique el tipo de trabajo que debe realizarse.

–          El INAH hará el dictamen técnico y dará la asesoría necesaria para la obra, en forma gratuita.

 Para mayor información comunícate al Centro INAH Chihuahua Paseo Bolívar #608 Col. Centro C.P. 31000. Teléfono (614) 4 10 38 48. https://inahchihuahua.wordpress.com/


[1] Fragmento del Instructivo para el cuidado del Patrimonio Cultural. María Eugenia Márquez C. INAH. México 2010.

[2] Construcciones realizadas desde el siglo XVI y hasta XIX.

08.05.2011

¿QUÉ HACER CUANDO TIENES UNA COLECCIÓN O ALGUNAS PIEZAS ARQUEOLÓGICAS?[1]

No las puedes vender, destruir ni transportar

–          La persona que tiene piezas arqueológicas no las puede vender, destruir, ni transportar. Tampoco excavar ni sacarlas del sitio donde están.

–          Vender, comprar y destruir piezas o sitios arqueológicos es un delito federal.

Tú puedes protegerlas oficialmente

Puedes tenerlas bajo tu resguardo de manera reconocida oficialmente, porque son patrimonio de la nación. Para eso debes dar los pasos que se describen a continuación.

 Registro de colección

– Pide en el departamento jurídico del Centro INAH de tu estado o al representante oficial una forma de registro de colección.

– Una vez que la hayas llenado, la entregas y te quedas con una copia en la que debe firmar de recibido el mismo departamento jurídico.

 Pasos del INAH

La dirección del Centro INAH o su representante oficial enviará la forma que entregaste, a la Dirección Nacional de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas, en el Distrito Federal.

La visita de registro

La mencionada dirección Nacional de Registro Público programará contigo una visita, para realizar el registro y llenado de cédulas con la información técnica de las piezas.

 Inventario oficial

– El INAH te entregará el inventario oficial de la colección, con la advertencia de que las piezas están bajo tu resguardo, no las puedes vender, ni destruir, ni transportar. Ni aumentar dicha colección.

– En caso de que quieras cambiarlas de lugar, debes dar aviso a las autoridades del Centro INAH o a su representante oficial.

 Derechos para la custodia legal

–          Si es un particular el depositario de la colección deberá pagar la INAH los derechos que, para tenerlas en custodia, marca la ley. Se paga solo una pequeña cantidad.

–          Si es un órgano coadyuvante el que tiene en custodia estos bienes, patrimonio de la nación, no pagará derechos.

Para mayor información comunícate al Centro INAH Chihuahua Paseo Bolívar #608 Col. Centro C.P. 31000. Teléfono (614) 4 10 38 48. https://inahchihuahua.wordpress.com/


[1]Fragmento del Instructivo para el cuidado del Patrimonio Cultural. María Eugenia Márquez. INAH. México 2010.

01.05.2011

¿QUÉ SE DEBE HACER SOBRE LA EXISTENCIA DE UN SITIO ARQUEOLÓGICO?


Durante las siguientes semanas informaremos a los lectores sobre los procedimientos que se llevan en el INAH y así trabajar en conjunto con la comunidad en la investigación, conservación y difusión del Patrimonio Cultural.

 Si te das cuenta o sabes de la existencia de un sitio arqueológico (lugar donde existen objetos o restos arqueológicos) en tu comunidad o cerca de ella, o si encuentras objetos arqueológicos, lo que debes hacer es:

 No realizar ninguna excavación ¿Por qué?

Al excavar o remover la tierra se altera su situación y la relación entre los objetos y las capas terrestres en las que han permanecido por muchos años. Así, se pierden datos que solo el arqueólogo profesional sabe encontrar e interpretar.

La historia antigua de nuestro país aún tiene muchos datos perdidos, que sólo podemos conocer con el estudio científico de objetos, restos prehispánicos o coloniales y documentos.

 Escritos y oficios necesarios

–          Envía un escrito al director del Centro INAH o al representante oficial del INAH en tu estado (Antrop. Elsa Rodríguez García, directora del Centro INAH en Chihuahua).

–          En este escrito debes comunicar la existencia del sitio prehispánico y especificar la localización del lugar, la población y el municipio. Aclarar si es ejido o si es propiedad privada y dar el nombre del dueño o dueños del terreno.

–          Firma el escrito con tu nombre y dirección y con los datos de otras personas que así lo deseen.

 –          Entrega una copia de este escrito a la presidencia municipal que corresponda. Te quedas con otra copia, en la que debe firmar o poner sello de recibido dicha presidencia.

 La visita de inspección

Al recibir tu oficio, el director del Centro INAH comisiona a un arqueólogo para realizar la visita de inspección quien solicitará la ayuda del presidente municipal o de la autoridad reconocida; es decir, el presidente auxiliar, la junta de vecinos,  el comisariado ejidal o los mayordomos. En esta visita el arqueólogo:

  • Hace un croquis, registra la ubicación del sitio y las afectaciones que haya tenido.
  • Acuerda con la autoridad municipal las medidas urgentes de protección.
  • Envía a las autoridades del INAH su dictamen.
  • El director del Centro INAH o el representante oficial notificará a las autoridades locales y al dueño del terreno, los pasos que deben seguir para proteger el sitio y los objetos encontrados.

[1] Fragmento del Instructivo para el cuidado del Patrimonio Cultural. María Eugenia Márquez. INAH. México 2010.

25.02.2011

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: EL NOMADISMO EN LA COMARCA LAGUNERA SIGLOS, XVII y XVIII DEL DR. ARTURO GUEVARA SÁNCHEZ.

En el marco del 4to Encuentro de Historia y Cultura Regionales, el pasado martes 12 de abril se llevó a cabo la presentación del libro El nomadismo en la Comarca Lagunera siglos XVII y XVIII del Dr. Arturo Guevara Sánchez. Esta importante obra fue publicada por la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila a través de la Coordinación General de Difusión y Patrimonio Cultural Universitario.

Los comentarios sobre esta significativa publicación corrieron a cargo del Mtro. Francisco Lara Padilla y el Arqlgo. Enrique Chacón, ambos investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Chihuahua.

El pasado 23 de febrero del 2011 el arqueólogo Arturo Guevara Sánchez obtuvo el grado académico de Doctor en Historia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, mejor conocida como la Nicolaíta con la investigación «Presidio y población indígena en Nueva Vizcaya siglo XVII y XVIII» esta tesis fue dirigida el Dr. Gerardo Sánchez Díaz profesor-investigador de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo.

El Dr Arturo Guevara Sánchez es originario de Parral Chihuahua y actualmente es investigador de tiempo completo en el Centro INAH Chihuahua, del cual fue el director fundador hace más de veinte años. El Dr. Guevara es autor de numerosas publicaciones, la gran mayoría del Norte de México y especialmente de las culturas de Chihuahua. Actualmente es el director de un proyecto de investigación que hace el estudio de Materiales y de la Iconografía Asociada, en sitios de la cultura de Paquimé.


[1] Difusión INAH Chihuahua

2 comentarios en “Colaboraciones del INAH en el Heraldo de Chihuahua.

  1. los estudios que realizan y los fundamentos que conservan para preservar el patrimonio cultural, es parte de la gran riqueza cultural que tenemos los parralenses, Y LOS MEXICANOS QUE AMAMOS Y RESPETAMOS LA HISTORIA COMO UN VALOR DE IDENTIDAD mas sin embargo los locatarios del mercado hidalgo de HIDALGO DEL PARRAL, CHIHUAHUA NOS ENCONTRAMOS MUY ANGUSTIADOS PORQUE PESE A LA HISTORIA QUE SUSTENTA LA CREACION DE ESTE MERCADO HIDALGO EN PARRAL, CHIH, LAS AUTORIDADES MUNICIPALES Y ESTATALES QUIEREN DEMOLER ESTE EDIFICIO. CUAL ES EL APOIYO QUE USTEDES PUEDEN BRINDARNOS PUES LA HISTORIA ES DE TODOS Y NO DE LA MANIPULACION DE LOS POLITICOS QUE SOLO BUSCAN EL BENEFICIO PERSONAL SIN NINGUNA TRASCENDENCIA ECONOMICA Y CULTURAL Y BENEFICA PARA EL PUEBLO MEXICANO

  2. Jesús Fortino Martínez Hernández dijo:

    Mi nombre es Jesús Fortino Martínez Hernández, tengo 51 años provengo de familia ferrocarrilera de los Nacionales de México, razón por la cual les suplico rescatar los frescos que se encuentran en la estación de N de M antes de que al igual que las locomotoras, también se destruyan por el paso del tiempo. Si pudieran hacer lo mismo con la viejas locomotoras de vapor sería espectacular.

    Gracias

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